¡Presta atención! Tu pareja podría ser tu espejo

Al elegir una pareja, esa persona con quien compartimos nuestra intimidad, angustias y dolores, solemos hacerlo con una persona que podría ser nuestro espejo.

Todo lo que admiramos, pero también lo que nos molesta o no queremos reconocer de nosotros mismos, encuentra una forma de manifestarse en otro.

De igual forma, nosotros también solemos manifestar aquello que nuestra pareja no admite como propio.

Cuando tu pareja es demasiado sumiso o poco arriesgado

Si nosotros estamos acostumbrados a liderar, imponer nuestras preferencias y razones, sería pertinente pensar que solo podríamos entendernos con alguien dispuesto a adecuarse a ello; el problema puede llegar cuando no nos simpatice que se adapte tanto.

Cuando tu pareja no te incluye en sus decisiones

Al elegir una vida en pareja nos preparamos para vincularnos y ser parte de las decisiones del otro, siempre y cuando, cada uno conserve ciertos ámbitos de independencia y autogestión; sin embargo, a veces no nos sentimos tan amados e incluidos en la vida del otro.

Cuando tu pareja es violenta

Es probable que de pequeños hayamos pertenecido a una familia violenta, en la que se aprende que a través de las batallas fluye una corriente amorosa. Esos ataques explosivos que tanto nos molestan de nuestra pareja también nos pertenece hasta cierta medida, aunque no tengamos conciencia de ello.

Por ello, si buscas una relación seria con alguien maduro, responsable, abierto, generoso y atento, pues esa persona como mínimo va a buscar a alguien con un nivel similar de madurez emocional.

Otro caso podría ser cuando tienen buena química, atracción sexual y las fiestas eran su principal actividad, sin duda mantendrían una relación divertida. Pero si formalizan y se mudan juntos y esto provoca que la pasión se apague y el cansancio los invada, la relación podría cambiar drásticamente.

En resúmen, nuestras parejas se convierten en un campo de proyección espectacular, permitiéndonos observar y registrar todo lo que nosotros mismos generamos sin darnos cuenta.

La solución no es que el otro cambie, sino aprovechar este espejo para conocernos más; necesitamos observar los escenarios completos para poder ir más allá de nuestro punto de vista personal.

Necesitamos comprender que mantener a una pareja no es garantía de amor ni de comprensión.

Es probable que ambos deseemos construir algo bonito juntos, pero tendremos que conversar honestamente sobre lo que cada uno puede ofrecer a favor del otro, ya que la rutina puede ser muy dura de sobrellevar.

Además, tendremos que sincerarnos y darnos cuenta de que en nombre del amor pretendemos sostener un sistema de pareja en el que intentamos amarnos, pero a veces estamos agotados de rabia y desencanto.

amorintimidadpareja