Mel Roberts, el arte del vintage

Su nombre firmaba la mayoría de las fotografías más polémicas de la América de los 70 y 80, todas basadas en el cuerpo masculino.

Ahora, a punto de cumplir 83 años, el fotógrafo americano, Mel Roberts, vuelve a ser noticia ya que recientemente se ha publicado una recopilación de fotos, algunas pertenecientes a su colección privada, que muestran cómo veía este artista al hombre de hace tres décadas.

Desde aquí os mostramos algunas de sus fotos y os presentamos al octogenario artista.

Roberts cuida el detalle en sus fotografías y selecciona minuciosamente las localizaciones para sus sesiones. Su escenario favorito se encuentra al sur de California, donde encuentra diferentes paisajes en los que ‘desnudar’ al hombre, su gran inspiración.

Su producción fotográfica va desde los años 60 hasta los 80. En estas dos décadas ha realizado más de 50.000 fotografías a más de 200 modelos, la mayoría hombres que formaban parte de su lista de amigos o amantes.

El perfil que buscaba Roberts era el de chicos jóvenes realizando alguna actividad al aire libre, ya fuera nadar, montar a caballo o simplemente pasear por la playa. Todas sus fotografías contienen estos tres elementos: chicos jóvenes, naturaleza y ejercicio físico.

Su actitud provocadora y su tendencia a la transgresión convirtieron a Mel Roberts en uno de los fotógrafos más destacados de la época, tanto que sus fotografías comenzaron a publicarse internacionalmente.

Debido a su personalidad e idealismo ganó numerosos detractores, mas aún cuando defendió los movimientos gays de la época, además manifestó abiertamente su homosexualidad.

La provocación formaba parte de su personalidad y hacía que sus trabajos se encontraran entre lo legal y lo no publicable para la época.

La desnudez frontal masculina fue considerada obscena, por lo que los laboratorios de fotografía se negaban a revelar sus trabajos. Lejos de cambiar su estilo, Robert creó su propio estudio donde revelaba él mismo su creaciones.

En sus trabajos, este artista buscaba mostrar nuevos estilos y no lo predeterminado. La ropa y los estilos sociales de los años sesenta y setenta se convirtieron en parte de la conciencia colectiva de América.

Sus trabajos han servido de base para otros artistas posteriores.

A final de la década de los 70 su nombre estaba más que consolidado, contaba con el apoyo de los colectivos gays y artísticos del país, pero también sufría fuertes críticas por partde de sus detractores, que no eran pocos.

Tanta era la tensión que provocaba que en 1977 fue acusado de fotografiar a menores de edad, por ello le confiscaron todo su material fotográfico.

Todos los grandes artistas han vivido entre luces y sombras. Mel Roberts pasó de la luz del sol de California a un periodo oscuro tras su detención tras ser acusado de pornografía infantil. Este suceso afectó a su obra, ya que fueron años de poca y pobre producción.

Sus seguidores, mayoritariamente gays, criticaron la moderación de sus trabajos.

En el arte todo es reciclable, lo pasado vuelve, y lo que está… se pasa. Tras varios años en la sombra -artísticamente hablando- Mel Roberts ha resurgido gracias a la moda vintage y a un público moderno que aprecia en sus fotografías un estilo propio e inspirador para los que le siguen.

Actualmente cuenta con numerosos y, sobre todo, prestigiosos seguidores de los más variados círculos artísticos.

Los coleccionistas privados de todo el mundo ansían conseguir algunas de sus impresiones de gran formato. Uno de los más ávidos es Elton John que adquirió casi sesenta de sus imágenes para su colección personal.

El reconocimiento y la fama de años anteriores ha vuelto a la vida de Mel Roberts. El periódico The New Yorker ha vuelto a alabar el trabajo de este artista reconociendo su capacidad para captar los placeres de la vida.

Para unos, un vividor; para otros, simplemente un gran artista. En lo que no hay duda es que las fotos de Mel Roberts han vuelto a recordar a esos años dorados donde sólo unos pocos se atrevían a romper las normas establecidas.

Atras deja críticas y aplausos a partes iguales, pero sobre todo deja su mejor legado, las miles de fotografías que inmortalizaron una época.