Convocan un acto de repulsa contra la violencia LGTBfóbica en Madrid

Hemos estrenado 2016 con unos preocupantes datos sobre violencia homofóbica. Pues cumplidos 21 escasos días de enero, el activismo madrileño ha contabilizado 7 agresiones a integrantes del colectivo LGTB.

La primera no se hizo esperar, el mismo día de Año Nuevo lamentábamos la agresión sufrida por un chico homosexual en el Barrio de Salamanca. Desde entonces se han registrado seis casos más de violencia ejercida contra personas del colectivo en la vía pública. La última, el pasado lunes.

Según ha denunciado la asrociación universitaria Arcópoli en una nota de prensa, la útima agresión tuvo lugar en el cruce de las calles Hortaleza y Augusto Figueroa del barrio de Chueca. Un acto precedido por insultos contra la pareja de chicos asaltados, que acabó con un extremo ensañamiento en el que se utilizaron objetos contundentes como armas.

Después de los aberrantes hechos y tras la interposición de la correspondiente denunca ante la Policía Nacional, la asociación continua haciendo lo posible para que las instituciones locales pongan medios para atajar estos delitos de odios. Por esta razón han continuado sus reuniones con el Concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid y la Policía Local en una fructífera reunión.

Entre sus propuestas se encuentra la implicación de la Red Pública de Transportes de la Comunidad de Madrid y Telemadrid en la lucha contra los delitos de odio a LGTB, demandas que también extenderá a la esfera autonómica y estatal en las próximas semanas.

De la misma manera, Arcópoli ha convocado a la ciudadanía a una concentración de repulsa el sábado 23 a las 17:00 horas, en el cruce entre la calle Gran Vía y Montera, uno de los ”puntos negros” en los que tienen lugar las agresiones, al lindar con el barrio de Chueca.

El coordinador de Arcópoli Yago Blando ha mostrado su consternación y condena a través de las siguientes declaraciones: 

Este terrible mes de enero desgraciadamente sólo nos ratifica en nuestra posición de exigencia a las instituciones de medidas contundentes de formación, unidades específicas y campañas de visibilidad así como más recursos ante una lacra como la LGTBfobia que, lejos de disminuir, parece aumentar en la sociedad madrileña.’