Miles de personas se unen en México a favor del matrimonio igualitario
Este fin de semana, México ha visto como sus calles se han llenado de aquellos que están a favor y en contra del matrimonio igualitario. El sábado hubo numerosas marchas en algunas de las principales ciudades del país en contra de las uniones del mismo sexo y un día después, estas intransigentes marchas fueron respondidas por una masiva concentración en la capital del país para que se aprueben este tipo de uniones en todo el país.
Todo se remonta a un anuncio realizado por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que el pasado mes de mayo indicó su intención de aprobar el matrimonio igualitario en todo el país, ya que hasta ahora sólo tres estados permiten este tipo de uniones.
La noticia ha dividido a la población mexicana entre apocalípticos e integrados. Para los primeros, cercanos al poder de la Iglesia Católica en el país azteca, el anuncio significa la destrucción de los soportes de la familia tradicional, mientras que para los segundos, la noticia era algo esperado desde hace tiempo y no hace más que confirmar que México sigue avanzando con los tiempos ampliando derechos a colectivos que se habían visto privados de ellos hasta ahora.
La marcha del domingo fue convocada por las principales asociaciones LGTB del país con un lema inequívoco: ‘Todas las familias, todos los derechos’. La convocatoria fue seguida por miles de personas que marcharon hasta la Catedral Metropolitana, donde se leyo una carta en la que se solicita al Papa Francisco la destitución del cardenal Norberto Rivera por incitar al odio contra el colectivo LGTB.
México está viviendo un proceso de secularización que se ha acentuado en los últimos años. El último censo de población realizado en México en 2010 mostró que las personas declaradas católicas disminuyó a un 83,9% desde el 88% del 2000. Una cifra lejana al 96% de 1970 y que muestran la tendencia a la baja que indica que en menos de tres décadas los católico en México representarán un 67%.
Es un momento crucial. Según Katy Watson, corresponsal de la BBC en México, en ese país no se producen grandes marchas en torno a legislación sobre temas sociales y religiosos desde la década de 1930. Ahora, los mexicanos tienen la oportunidad de dejar de mirar al pasado para enfocar su futuro… la población del país tiene la última palabra.