La nueva y más ambiciosa entrega de la saga nos sitúa después de los acontecimientos vividos en X-Men: La decisión final, última entrega de la trilogía original. Los mutantes se encuentran al borde de la extinción y la única solución es alterar el pasdo para cambiar el presente. ‘¿Es el futuro realmente inalterable?’, se pregunta Xavier.
Magneto y Xavier, antaño enemigos irreconciables, envían a Lobezno (Hugh Jackman) hasta el pasado para ‘acabar con esta guerra antes de que empiece’. Allí Logan tendrá que convencer a los dos bandos creados tras X-Men: Primera generación y capitaneados por el joven Magneto (Michael Fassbender) y el joven Xavier (James McAvoy) para que unan y hagan causa común contra un poderoso enemigo.
‘Tendremos que trabajar juntos en un tiempo en el que no podíamos estar más separados’, recuerda el viejo Magneto al que vuelve a dar vida Sir Ian McKellen, actor que ha comparado la lucha de estos mutantes con la lucha real de los movimientos LGTB.
El gran enemigo que obligará a los rivales a trabajar codo con codo no es otro que Bolivar Trask, el personaje al que da vida Peter Dinklage (‘Juego de Tronos’), el hombre que hace varias décadas puso en marcha el programa Centinela y bajo el cual creó unos enormes y poderosos droides cuya única misión es exterminar mutantes.
Más mutantes que nunca, colosales robots, viajes en el tiempo, acción a raudales y mucha épica nos esperan en la nueva entrega de la saga que vuelve a dirigir Byan Singer.