Irlanda se pronuncia de manera inminente sobre el matrimonio igualitario
Poco más de tres millones de integrantes de la ciudadanía irlandesa con derecho a voto están llamados el viernes 22 a las urnas para decidir si respladan que el ‘matrimonio puede ser contraído de acuerdo con la ley por dos personas sin distinción de su sexo’.
La votación, criticada por supeditar a la decición mayoritaria la regulación de un derecho humano, ha recibido durante los últimos meses un gran impulso del ‘sí’ a través de campañas de concienciación social, mensajes de personajes públicos e incluso la petición personal de su ministro de Salud, que comunicó a la vez su condición homosexual para mostrar su honestidad ante este asunto.
No obstante, estos no han sido los más destacados apoyos al ‘sí’, si tenemos en cuenta que el primer ministro Enda Kenny, instó a todo el electorado convocado a apoyar la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo.
A su vez, los principales partidos políticos, incluidos los conservadores, apoyan la medida, mostrando un cambio radical en un país donde la homosexualidad no se despenalizó hasta 1993 y el aborto continua siendo ilegal.
Claro avance del ‘SI’, pero con reservas
A escasas 24 horas de la celebración del referéndum se ha registrado una clara ventaja del ‘sí’ en las encuestas, aunque el Gobierno alerta del avance del ”no” entre el electorado de un país de férrea tradición católica.
Según los datos del sondeo publicado por el dominical The Sunday Bussiness Post a finales del mes pasado, la sociedad irlandesa otorgaría al ‘sí’ un 72% de los votos, frente al 20% del ‘no’, mientras que un 8% del electorado aún seguiría indeciso.
Sin embargo, esta semana han trascendido los resultados del sondeo efectuado por la firma Ipsos MRBI para el diario The Irish Times hecha a 1.200 personas. La más reciente encuesta reveló que en menos de un mes el apoyo del sí podría haber descendido al 58%.
Tal y como apunta el Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, temen la existencia del llamado ”voto silencioso”, el de quienes se decantan por el ‘no’ pero lo oculta por temor a ser calificado de homófobo y, por tanto, no es detectado por las encuestas.
Por otro lado, al Ejecutivo irlandés también le preocupa la baja participación, ya que en ese contexto, cambios relativamente pequeños en la intención de voto pueden tener una influencia significativa sobre el resultado final.