El Gobierno mantendrá la exclusión de personas con VIH de las Fuerzas de Seguridad
Entidades de lucha contra el VIH y de activismo LGTB se han unido con la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras en la crítica a la negativa que Función Pública les ha trasladado después de pedir al organismo que eliminara las exclusiones médicas de las personas con VIH de las oposiciones a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de Instituciones Penitenciarias
El pasado 29 de septiembre la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO las coordinadoras Trabajando en Positivo y CESIDA VIH junto con la FELGTB solicitaron una reunión con el nuevo director general de la Función Pública, Javier Pérez Medina, para pedir que se eliminen dichas exclusiones médicas que califican como ”no justificadas”.
Su objetivo era abordar y valorar junto a Pérez Medina la exclusión de las personas con el VIH de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado y de Instituciones Penitenciarias pese a que vivir con el VIH no suponga ningún perjuicio en el desempeño de sus funciones en estos puestos.
Tal y como afirman las entidades en una nota de prensa conjunta, en las anteriores ocasiones no se había tenido respuesta por parte de la dirección de la Función Pública. Sin embargo, esta vez les han contestado con la justificación de tal exclusión bajo el criterio de garantizar el derecho a la salud del artículo 43.1 de la Constitución Española.
¿Qué argumentan?
Según reconoce el escrito remitido por el subdirector general de Relaciones Laborales de la dirección general de la Función Pública ”Es el reconocimiento y la protección de este derecho el que impone a la Administración la obligación de evitar cualquier circunstancia o situación que pueda significar un riesgo para la salud, por mínimo que éste sea, lo que justificaría una aplicación rigorista del ya mencionado cuadro de exclusiones médicas’.
Asimismo añade que “las funciones de las personas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado conllevan la posibilidad de mayor riesgo de contagio en el ejercicio profesional, por lo que se justifica suficientemente el establecimiento de un criterio de acceso distinto al que pueda utilizarse con relación a otros cuerpos de la Administración”.
Según Mª José Marín, representante de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO,
Es la segunda ocasión en la que un organismo público utiliza el riesgo de transmisión a terceras personas como justificación para la exclusión de las personas con VIH de estas profesiones, tras la respuesta de la Secretaría de Instituciones Penitenciarias en Octubre del año 2014”.
Por su parte, según Juan Ramón Barrios, presidente de la Coordinadora estatal de VIH y sida: Esta justificación no responde a la legislación vigente, las recomendaciones por las que se rigen estas normativas están obsoletas, son de 1995. Y aunque existen diferentes referencias normativas a partir de las que se podría limitar el acceso y el desempeño de una persona con VIH en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, éstas hacen referencia a que sea el estadio clínico de la enfermedad el que impida la realización de las tareas habituales de la profesión, pero en ningún caso a la posibilidad de transmisión del VIH a otras personas”.
Para Julio Gómez, representante de la Coordinadora Trabajando en Positivo, “es una lástima ver que los avances que se producen en este sentido en otros países, como México, donde recientemente se ha reformado la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas para eliminar como una causal de retiro a personas con VIH, no se lleven a cabo también en España”. Y añade, “el estigma y la discriminación se convierten en un importante obstáculo para la respuesta al VIH, más cuando ésta proviene de los propios organismos públicos, que deberían ser los primeros en dar ejemplo y favorecer la normalización del VIH”.
Finalmente, para Santiago Redondo, vocal de salud de FELGTB
Esta respuesta demuestra el desconocimiento por parte de Función Pública de los avances que ha habido respecto a la transmisión del VIH y continúa sobrevalorando el riesgo de transmisión del VIH y por lo tanto discriminando a las personas con VIH”.