Amor es amor: el caso del periodista español Lucas Bertero

En 2017 parece insólito el planteo de los prejuicios en torno a la homosexualidad. La confesión a corazón abierto del periodista español Lucas Bertero, en torno a su sexualidad: “quiero confesar abiertamente que soy gay, lo digo con felicidad y alegría”, abrió el camino de debate hacia esta problemática.

Bertero estuvo en pareja con una mujer durante 10 años y fruto de la relación tuvieron un hijo, sin embargo su cuerpo comenzó a manifestarse, sufrió ataques de pánico y sin identificar esa verdad oculta debió consultar a un terapeuta. “Tal vez era un mandato, tengo 41 años y en mi época en la escuela no se hablaba de nada, ni de educación sexual, ni drogas, ni bulliyng”, dijo el panelista en el programa.

Esta escena aún ocurre en este siglo XXI “donde pareciera que el closet está entreabierto y solo basta un empujón para ‘patear’ la puerta y abrirlo del todo”, explicó a Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.

Según el especialista la represión, el miedo, la creencia de que es solo un deseo pasajero, la imposibilidad de romper con las normativas sociales, el temor a confrontar a la familia, amigos y hasta la pareja frenan la elección de vivir plenamente.

“Para estos individuos el panorama de la verdad es desolador y deciden ocultarla, a costa de sufrir”, resaltó el especialista

De esta manera, Ghedin desmenuza la problemática en torno al deseo y la orientación. “El deseo sexual no se elige, se construye con la subjetividad, como un aspecto central que orientará en un futuro las motivaciones amorosas y eróticas”, puntualizó.

La elección será la manera de llevarlo adelante, de vivirlo u ocultarlo, y esta decisión guiará los proyectos personales y vinculares, para Ghedin la sexualidad es diversa, “nos comprende como seres humanos en toda su dimensión”.

Sin embargo, cuando no se logra alinear el deseo con la elección, como ocurre cuando una persona quiere estar con alguien del mismo sexo y no se lo permite el individuo vive en esta de represión y,” hasta puede reaccionar con conductas homofóbicas”, alertó el especialista.

A lo largo de la vida -sobre todo en la etapa de la adolescencia- pueden surgir una interés hacia al mismo sexo, pero cuando este persiste comienza a pulsar en el interior, buscando algún modo de salida.

Cuando se instala afloran diversas inquietudes: “¿qué hago?” “¿cómo hago para saciarlo?”, “¿cómo hago para vivir con esto?”. Y ahí surge el dilema, ese conflicto insomne que perturba y al mismo tiempo apura a una rápida resolución.

De esta manera, el especialista esbozó sus conclusiones:

-Cuando el deseo y la orientación homosexual aparecen y se configuran como una verdad sin vueltas en un hombre en “apariencia” heterosexual la salida del clóset es la conducta más saludable.

-La congruencia entre el deseo, la orientación sexual y la proyección amorosa alinean las motivaciones de desarrollo y alimentan la estima.

-Seguramente antes de decir, de poner en palabras la verdad, habrán ocurrido numerosos acercamientos al mismo sexo: contactos por las redes sociales, interés solapado por el “mundo gay”; hasta que aparece la posibilidad de amar o de conectarse de una vez por todas con esa verdad oculta.

-No se puede vivir en el medio, “tironeado por dos deseos dispares, porque será uno, el más débil (sostenido por las convenciones sociales y el miedo), el otro más fuerte (transgresor, desafiante, pero con una carga de verdad intrínseca)”, concluyó Ghedin.

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