La personalidad queer de los villanos de Disney

Para bien o para mal, Disney ha tenido el poder de formar nuestro pensamiento desde niños, influyendo en cómo vemos el mundo y nos identificamos dentro de él. Si bien ante los ojos de un adulto, los villanos de Disney podrían ser personajes mucho más divertidos e interesantes que los protagonistas, hay algo que tienen en común varios de los malos de Disney y que los hace diferenciarse de los protagonistas, más allá del propio carisma del villano: su expresión del género y la sexualidad que reflejan es mucho más libre que la del héroe o heroína, y es común que sean caracterizados como personajes queer.

El término que se utiliza para explicar esto es precisamente la codificación queer,  o sea, la representación de un personaje con atributos asociados estereotípicamente a la comunidad queer u homosexual. Aunque a decir verdad, Disney no inventó nada, pues el término tiene su origen en la etapa en la que Hollywood prohibí­a por ley la inclusión de personajes queer o referencias a la homosexualidad en toda su producción, llevando a los directores a ingeniar formas para esquivar la censura.

Quizá justo de esta censura y prohibición, Disney acabarí­a por imponer en sus villanos personalidades con claros tintes homosexuales, logrando personajes como Scar, de El Rey León, con una manera muy  femenina de caminar, delineado negro en los ojos y un claro rechazo ante las hembras de su manada. Además, villanos como Úrsula de La Sienita, Jaffar de Aladdí­n, Maléfica de La Bella Durmiente, Cruella de Vil de 101 Dálmatas, Garfio de Peter Pan, o la Reina Malvada de Blancanieves, con esos outfits exagerados, personalidades escandalosas y maquillaje cargado son prácticamente drag queens.

Sin embargo, en algún punto incluso Disney se dio cuenta de la importancia de la inclusión positiva de la comunidad LGBT en sus producciones y dejaron de asociar a sus villanos con características homosexuales. Por el contrario, personajes afeminados como Olaf de Frozen, pasaron a ser los aliados de los protagonistas, e incluso estos ya cuentan con guiños claramente gays, como Elsa, también de Frozen o Mérida, de Valiente, promoviendo la aceptación, la inclusión y la diversidad entre la audiencia. Enhorabuena.

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