La presión internacional consigue la liberación de dos gais en Marruecos
En la legislación marroquí hay un artículo especialmente humillante y vergonzoso para el colectivo LGTB. Se trata del artículo 489 del Código Penal, que castiga con hasta tres años de cárcel las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo.
Bajo el paraguas de este artículo, el pasado 25 de marzo asistimos a un suceso espeluznante. Dos jóvenes fueron sorprendidos juntos dentro de una casa en Beni Melal y tras ser arrastrados, apaleados y grabados con el móvil, terminaron siendo juzgados por haber tenido relaciones entre ellos.
Un verdadero despropósito amparado bajo la más que discutible legislación del país y que se ha convertido en el peor embajador posible de Marruecos.
El episodio ha movilizado a la opinión internacional. Se han recogido más de setenta mil firmas anónimas en apoyo de los jóvenes y organizaciones internacionales, desde Human Rights Watch (HRW) a FEMEN, han querido denunciar esta insostenible situación.
El trabajo transversal de asociaciones, instituciones y activistas ha dado su fruto y el tribunal ha decidido cambiar su primera sentencia y dejar a los acusados en libertad condicional. Un trabajo que ha terminado con las activistas de FEMEN expulsadas del país y con el observador de HRW escandalizado por el hecho de que la Justicia marroquí procesara a las víctimas de una agresión antes que a los agredidos.
El juicio de Beni Melal ha aportado algunas novedades, y la principal es que el abogado defensor de los dos agredidos indicó que la homosexualidad es una opción que no debería ser castigada y pidió derogar el artículo 489, en lugar de negar (como suele ser habitual) la condición homosexual de sus defendidos.
Una victoria que deja cierto poso de preocupación por el salvaje carácter de la agresión y por la impunidad con la que se ha cometido pero que, sin lugar a dudas, es un pequeño paso para acabar con la criminalización de la homosexualidad en Marruecos.