A milímetros de ti
A milímetros de ti. Un cuento.
Recordé con claridad la primera vez que te vi. Qué sentí, cómo viví ese día.
Desperté 5:45, no suelo poner alarmas porque el sonido me inquieta. Nunca enciendo mi teléfono móvil al despertar, pero hoy era diferente: conocería a mi amor. Por primera vez a milímetros de ti.
Recé más tiempo de lo que acostumbro. Asegurarme de que Dios nos acompañará en este día, no es uno común. El sol majestuoso, la señal de que mi Dios de amor escuchó mis peticiones, en realidad solo dos: ver los ojos de la mujer que amo y que ella se sintiera plena y segura en mis brazos.
Salí a caminar con Matu, la pequeña sonriente e inquieta como siempre. Pero también esta mañana era especial para ella. El mar nos arropó, como siempre las olas y su sonido junto a la arena me dieron la paz que necesité este momento.
A las 9:23 sonó mi teléfono por Facetime:
—Guapo, ya estoy abordando. Te veo en unas 4 horas. ¡Te amo! Piensa en mí pero poquitito, ¿ok?
—Lo hermosa que estás esta mañana, ¿qué sentido tiene? Buen viaje, mi amor. A milímetros de ti en breve. Te amo. Dios te acompaña.
4 horas
4 largas horas. Poco más. Desayuné, terminé de arreglar nuestra casa. Acomodé las flores, regué todas mis plantas, Taylor y Alison con flores porque nuestro amor llegaría pronto, mis plantas uno de mis refugios.
Escuché nuestra PL Á+’Á. El color de tus ojos, despertó mi interés y solo tengo ganas de verte otra vez… Quizá me animo y te pido verte un sábado a las tres.
Cociné algo especial: carne de arrachera que maceré con una de mis mezclas favoritas. Preparé las papas, también esas las iba a cocinar al momento y pasta con camarones del pacífico mexicano que recibí un día antes como un pedido especial.
La pasta es una de mis especialidades y cocinar me ayudó a que pasara el tiempo, pero sólo habían sumado dos horas al reloj.
Luis Miguel siempre me acompaña en los momentos de más amor en mi vida… hoy el aire huele a ti, a complicidad a hierba fresca y besos a pasión y oscuridad.
Revisé todos los obsequios que tenía para ti y tu familia. Uno mucho más especial en una diminuta caja, lo abrí por enésima vez, solo sonreí.
Contigo en la distancia
Contigo a la distancia se terminaría por fin. Y no porque nos haya pesado la espera, el tiempo de Dios fue el perfecto, el correcto para ti, para sanar y el ideal para mí para poner un poco más de orden a mi vida, trabajo y responsabilidades.
Casi la 1 de la tarde. Había elegido mi outfit con días de antelación. Quería ser guapo para ti este día. Revisé mis uñas, arreglé mi barba, me peiné, me puse Bad boy como si no hubiera mañana, quería oler delicioso para ti.
Llevé a Matu al jardín, corrió un poco y la dejé adentro bastante cansada, le puse el clima y le dejé agua con hielos que le encanta. Cuidar a mi perra me ha hecho tener más sentido de piedad y de responsabilidad. También quería sumar estas virtudes para lo nuestro.
En julio que te pedí que fueras mi novia, por la mañana fui a la iglesia, estaba en Zurich.
Dios
Le pedí a Dios que si era para hacernos bien, para compartir con amor, respeto y cariño nuestros miedos que son muchísimos, que si era para procurarnos paz, dicha, alegría pero sobre todo que si era —hoy lo es—para darnos amor en todas las formas posibles, incluido en los momentos de adversidad, que por favor me diera una señal. Cientos de aves afuera del templo.
Fui a la iglesia. Mi Madre Santísima la elegida esta tarde. Quién sino ella que siempre me ha acompañado.
«María Santísima, que seamos el uno para el otro. Que tengamos paz en nuestros corazones para saber si tomamos la mejor decisión. Que mi amor sienta cuánto es que la amo y admiro. Quiero ver sus ojos y besarla, sólo te pido eso. Que su madre se sienta tranquila y tenga salud. Acompáñanos, guíanos y condúcenos, por favor».
Yo aún no te conozco y ya te echaba de menos
Tomé el auto para salir por la carretera 125 que es más largo el camino al aeropuerto que siempre es un caos el arribo a los estacionamientos. No fue la excepción. Unos 15 minutos para entrar y otros más para encontrar lugar.
“Yo aún no te conozco y ya te echaba de menos…” Sí. Nunca había extrañado tanto a alguien, qué días pasamos cuando solo queríamos abrazarnos, mirar nuestros ojos y olernos. Quizá en silencio pero lo deseábamos. Los dos teníamos —tenemos—nuestra razones para creer.
Bajé del auto con calma. Regresé porque olvidé las flores que elegí una a una en un pequeño local que tiene doña Jose que todos los días me surte de las más hermosas.
—Jose, necesito el ramo más bello, hoy viene mi novia.
—Mi alma, elige cada una y hacemos el más lindo.
Y así fue: el más lindo para la más HERMOSA.
Apenas iban a dar las 2, casi debía esperar una hora. Pero por alguna razón que solo puedo creer que son cosas de Dios estaba sumamente tranquilo. Fui a un café, quería tomar algo rico pero ligero, is achaques no tenían cabida en este día.
Mi madre
Mi madre me llamó por Facetime:
—¿Cómo está mi solecito? Qué guapo, mi vida. Dios está acompañándolos en cada paso, ¿ok? ¿Necesitas algo? ¿Te dio tiempo de todo lo que querías hacer?
Casi 10 preguntas en un solo minuto, jaja.
—Madre, demasiadas preguntas. Haha. Estoy bien, dichoso, pleno, listo y con Dios. Te amo, alcahueta.
No habría podido hacer, ni estar en este sitio sin un montón de personas, pero sobre todo sin mi madre. Mi máximo amor y ejemplo de que todo es posible con amor. Sus palabras y compañía aquel 28 de mayo y después el 3 de junio me acompañaron porque mi timidez me abruma.
Mirar su cara siempre llena de quietud y de alegría me dio la paz que necesitaba para esos últimos minutos.
La cuenta regresiva de a milímetros de ti
Las 2 en el reloj. La cuenta regresiva comenzó. ¿Cómo serán tus besos? No me refiero a la intensidad, sino al sabor, a tu aroma personal. ¿Cómo será mirar tus ojos a milímetros de ti? ¿Y tu sonrisa?
Abrí el libro que llevaba porque sabía que esos últimos minutos serían —casi—eternos. Acompañé esos momentos con poemas de Cristina Peri Rossi, la poetisa que más cree en el amor romántico. Justo lo que necesitaba.
«Vuelo 523 arribó, salida por la gate 13».
Ahora sí minutos para verte, mi amor. Todo lo demás quedó atrás: mis berrinches, tus pasajes de insuficiencia, las decenas de dudas sin argumentos, tu caos y mis carencias. Las horas de chatting interminables en tus madrugadas o en las mías.
Tú y yo. Nadie más.
Hasta ese momento abrí el móvil:
—Llegué, amor, te veo en minutos.
—Estoy esperándote, mi vida, con la camisa que te dije. Te amo.
A milímetros de ti
Diez mil te amo al día se me hacían y se me hacen pocos comparados con todo el amor que te tengo y que me generas.
Vi tu gorra blanca del Real Madrid entre la multitud. Qué dicha.
Ambos corrimos. Mis lágrimas de felicidad y dicha total eran insuficientes. Sus ojos viéndome por primera vez, era yo. ¡Me eligió a mí! Vino hasta acá por nosotros.
El abrazo más grande, más reparador, lleno de amor pero también de fe, de esperanza que nunca perdimos porque sabíamos que esto iba a ocurrir. Minutos, literal, sin soltarnos.
—No llores, amor. Aquí estoy, junto a mi solecito. ¡Tú y yo! Eres tan alto y tan guapo.
Y te reíste.
—¿Cómo estás?, ¿por qué estás tan bonita?, ¿qué sentido tiene tu belleza? Mira tus ojos, ¿te puedo besar, mi niña?
Me reí hacia dentro de mí, ella, mi amor, ya me estaba besando. Lo que soñé este momento. Soy tan torpe que ni siquiera sabía cómo tomarla, pero ella hizo todo cuidándome como siempre, procurándonos a los dos. Ella, mi amor.
Por fin respiramos. La volví a ver, recorrí sus lunares y pecas con mis ojos y los conté. Besé sus manos, su frente y cabello. La abracé como lo que es: lo más preciado en mi vida. La apreté hacia mí, le entregué por completo mi amor. Mi corazón estaba seguro en ella.
—A milímetros de ti, bonito.
—A milímetros de ti, HERMOSA.
Para Mushi con infinito amor, dicha y paz en mi corazón. Mis te amo nunca serán suficientes para ti. Con mi corazón lleno de gratitud, mi amor. ¡Eres la mejor persona del mundo para mí, así lo decidí!
«Esperar y vivir a un centímetro de ti. A un milímetro de ti. ¡Respirarte».
Dios nos conceda salud y sabiduría, mi amor.
- París siempre LGTBQ+
- Bisexualidad y amor profundo.
- Tú: mi persona.
- Nos reparamos: Fix you.
- Mis jugadoras top, las mejores del mundo.