España: 1 de cada 10 estudiantes afirma ser víctima del bullying

El acoso y ciberacoso, conocido también por los términos anglófonos bullying y cyberbullying, es un complejo problema social y educacional que desencadena numerosos desjajustes emocionales en los jóvenes a cada vez edades más tempranas.

Específicamente, esta lacra consiste en la intimidación y/o violencia contra los pequeños y pequeñas que se salen del patrón considerado como ”normal”, ya sea por una cierta condición física, social, racial, etc… algo que también se da cuando las víctimas potenciales son percibidas como integrantes de las minorías sexuales o de género.

Aunque los estudios sobre estas despreciables prácticas todavía son muy escaso, los datos que nos llegan desde organizaciones como Save the Children muestran un problema de magnitud superlativa, cuyos datos apuntan a la emersión de un problema social de primer orden.

La ONG dedicada a los derechos de la infancia ha colaborado con la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo para la creación del informe ‘Yo a eso no juego’, que documenta los casos de bullying y ciberbullying a niñas y niños españoles.

¿Qué han registrado?

Según los resultados de la encuesta en la que han preguntado a 21.500 estudiantes de entre 12 y 16 años sobre las experiencias de acoso y violencia que viven:

  • Un 9,3% considera que ha sufrido acoso tradicional en los dos últimos meses.
  • Un 6,9% se considera víctima de ciberacoso.
  • Las dos tasas anteriores, extrapoladas al conjunto de la población, indican que 111.000 niños y 82.000 niñas han sufrido acoso en un centro público.
  • El insulto es la manifestación más recurrente del acoso: 6 de cada 10 estudiantes reconoce que alguien les ha insultado y más de 2 de cada 10 lo sufre frecuentemente.
  • Un/a acosado/a también puede ser víctima de rumores, robo de sus pertenencias, amenazas, golpes o exclusión.
  • Cuando el acoso sucede en medios digitales, es también el insulto la forma de violencia más recurrente: en los últimos dos meses 1 de cada 3  niños y niñas ha sido insultado por Internet o móvil.
  • Entre las manifestaciones de acoso relacionadas con nuevas tecnologías también se encuadra el pirateo de las cuentas de los medios sociales y la suplantación de la personalidad.
  • Un 5,4% de los encuestados reconoce haber acosado a alguien y un 3,3% reconoce ser responsable de ciberacoso.
  • Aplicando estos porcentajes al total de los estudiantes de ESO de institutos públicos, 64.000 y 39.000 estudiantes se reconocen como acosadores y ciberacosadores respectivamente.
  • La mitad de los encuestados reconoce haber insultado o dicho palabras ofensivas a alguien, y uno de cada tres ha agredido físicamente a otro menor de edad. Uno de cada cuatro ha insultado usando internet o el móvil, y casi uno de cada diez ha amenazado a otro niño o niña.
  • Hay más acoso entre los estudiantes de primer ciclo de la ESO que entre los de segundo ciclo. También son más los niños y niñas de primer ciclo que se reconocen como agresores.

  • Un 10,6% de chicas han sufrido acoso (frente a un 8% de chicos), y un 8,5% ciberacoso (un 5,3% de chicos). Además, entre ellos es mayor el porcentaje de los que se reconocen como agresores: un 6,3% de los niños ha acosado a otro menor de edad frente a un 3,5% de las niñas.
  • Las víctimas repiten principalmente tres razones por las que son acosadas: para ser molestadas, por su aspecto físico o porque les tienen ”manía”.
  • Los niños y niñas que han agredido respondieron mayoritariamente no saber por qué ejercían este tipo de violencia sobre sus compañeros.
  • Un 3,2% de las víctimas de acoso y un 4,2% de las que han sufrido ciberacoso consideran que han sido víctimas debido a su orientación sexual.
  • Un 5,1% y un 5% declaran que el motivo fue su color de piel, cultura o religión.
  • Frente al ciberacoso los estudiantes de primer ciclo de ESO usaron como estrategia en mayor medida la gestión interna, mientras que los de segundo ciclo usaron más el enfrentamiento.
  • Tanto las víctimas como los que agreden muestran escasa autoestima. Entre los niños y niñas que declaran haber acosado a otro menor de edad, se detecta, además, menor empatía cognitiva y afectiva, menos asertividad y una más baja capacidad para resolver conflictos. 

¿Qué recomiendan?

Save the Children propone responder al acoso y el ciberacoso con una serie de políticas y estrategias de prevención y actuación que aborden esta realidad de una forma eficaz, adecuada y unificada con el necesario enfoque de derechos de infancia. Sus bases estarían apuntaladas en:

  • La elaboración de una estrategia integral contra la violencia contra la infancia: Abordar el acoso y ciberacoso requiere un enfoque multidisciplinar e integral de la violencia contra la infancia, por ello es necesario elaborar una estrategia integral frente a todas las formas de violencia contra la infancia que tenga como eje vertebrador una Ley Orgánica que proteja el derecho de los niños y niñas a su integridad física y moral
  • La implicación de los equipos directivos: Los directores y miembros de los equipos directivos de los centros educativos deben tener un compromiso claro y contundente Para asegurar dicho compromiso, que conlleva una toma de responsabilidad con los casos de acoso de todo tipo, se propone la formación de los profesionales y la elección de personal que tengan capacidades en este ámbito. 

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  • La toma de conciencia generalizada. Es necesario continuar sensibilizando a toda la sociedad sobre la gravedad de las conductas de acoso y ciberacoso y sobre su naturaleza de violencia entre pares, así como sobre sus consecuencias en el desarrollo de la personalidad y bienestar de los menores de edad.
  • La incorporación de enseñanzas mínimas de educación y autoprotección de los niños y las niñas a través de una asignatura específica o de forma transversal, con unidades didácticas concretas en las distintas asignaturas. Así como la implementación de programas de formación para las familias.
  • La inclusión como indicativos de calidad educativa de las medidas de promoción de la convivencia cívica y prevención y lucha contra el acoso y el ciberacoso.
  • La diferenciación del acoso y ciberacoso de otras faltas a la convivencia y determinación clara de responsabilidades en términos de actuación en los casos de acoso y ciberacoso. A su vez, reforzar las comisiones de convivencia escolar, estalecer un protocolo de actuación y establecer mecanismos de denuncia y petición de ayuda de fácil acceso y confidenciales.  
  • La garantía de la  presencia en cada centro de profesionales con formación psicológica y psicopedagógica y conocimientos específicos en acoso y ciberacoso.
  • La puesta en marcha de medidas urgentes de protección a la víctima que eviten su revictimización o estigamtización, que informen a sus familiares y se deriven a la fiscalía en los casos más graves.
  • El establecimiento de medidas de justicia restaurativa con el agresor y con el grupo de clase y observadores.
  • El establecimiento de protocolos conjuntos entre los centros educativos y sanitarios.
  • El impulso del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar para el análisis de la situación real del acoso escolar y el ciberacoso y la evaluación de campañas, formación y protocolos.
  • El establecimiento de inspecciones educativas para reforzar la supervisión de la convivencia en los centros.
  • La garantía de un trato mediático adecuado que respete la confidencialidad e intimidad de todos los implicados y evite la explotación de una situación de violencia entre menores, para lo que apelan a la responsabilidad periodística.

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