La justicia francesa amplía los derechos de las parejas lesbianas

A pesar de la indignación popular que ha corrido como la polvora en las redes sociales, finalmente ha sido la justicia francesa la encargada de responder con la mayor contundencia posible a las más que desafortunadas declaraciones que ayer pronunciaba Nicolas Sarkozy, en las que afirmaba que el matrimonio igualitario supone una humillación para las familias.

El Tribunal Supremo de Francia ha dicaminado que las parejas de lesbianas en las que una de ellas haya tenido un hijo por procreación asistida en el extranjero -ya que el procedimiento no está autorizado en el país- podrán ser reconocidas como madres mediante un procedimiento de adopción.

Un fallo que sienta jurisprudencia

La sentencia tiene una importancia doble. Por un lado está dictada por la máxima autoridad jurídica del país, y por el otro consigue frenar una tendencia contraria al matrimonio igualitario que se había ido formando a través de distintas sentencias pronunciadas por tribunales locales. 

Cortes inferiores habían fallado en contra de los derechos de adopción en este tipo de casos, debido a que no habían sido incluidos en la ley de matrimonio igualitario aprobada en abril del año pasado.

La sentencia da un giro de 180 grados a la política de adopción en el país gobernado por Hollande. Hasta ahora, La reproducción asistida en Francia está limitada a los matrimonios heterosexuales y las parejas del mismo sexo deben viajar a otros países para obtener un tratamiento.

Líderes conservadores han anunciado que realizarán varias jornadas de protestas en contra de la resolución. Sin embargo, la posición de la justicia francesa (no hay que olvidar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó a Francia el pasado mes de junio por no inscribir el nacimiento de un bebé nacido en el extranjero gracias a una práctica prohibida en Francia: el viente de alquiler) es firme. 

No solo eso, ante el aumento de la extrema derecha en el país galo y la parálisis del gobierno de Hollande que ha dejado en stand-by varios compromisos adquiridos con el colectivo LGTB -y el resto del electorado- durante las elecciones, la justicia se ha convertido en el verdadero valedor de la comunidad y en el más firme combatiente de los movimientos más conservadores.

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