Ficha técnica
Dirección: Jean Marc-Vallée
Guión: Craig Borten, Melisa Wallack
Música: Varios
Fotografía: Yves Bélanger
Nacionalidad: Estadounidense
Reparto: Matthew McConaughey, Jennifer Garner, Jared Leto, Steve Zahn, Dallas Roberts, Denis O’Hare, Griffin Dunne, Kevin Rankin, Lawrence Turner, Jonathan Vane
Duración: 117 minutos
Calificación: 8,5 / 10
Nominaciones al Oscar: 6 (Mejor Película, Mejor Actor Principal, Mejor Actor Secundario, Mejor Montaje, Mejor Guión Original y Mejor Maquillaje)
¿De qué va?
Utilizando la jerga de la propia película, podríamos definir a Ron Woodroof (Matthew McConaughey), como a un auténtico hijo de perra. El vaquero tejano que protagoniza ‘Dallas Buyers Club’ tiene todas las características -negativas, por supuesto- de la white trash norteamericana: homófobo, estafador, borracho, putero, machista, cocainómano y con un código moral de boina y erupto.
A pesar de ser católico, Woodroof tiene fe en una Santa Trinidad muy particular: rodeos, bourbon y prostitutas. Malgasta sus días -sus noches son aún peor- entre un mar de negocios turbios, trapicheos poco rentables y decisiones aún peores.
Tras sufrir un accidente laboral, es ingresado en un hospital donde le hacen unas pruebas rutinarias que sin embargo le dan unos resultados que cambian todo su mundo: es portador del VIH y su estado físico está tan deteriorado que le dan 30 días de vida.
‘Dallas Buyers Club’ – entrevista con Matthew McConaughey
De manera autodidáctica, Woodroof comienza a investigar las diferentes soluciones para aplacar el virus (hay que recordar que nos encontramos en 1986). Al enterarse que se van a realizar pruebas experimentales con humanos con AZT, el vaquero se pone en contacto con la Dra. Eva Saks (Jennifer Garner).
En el hospital no le ofrecen soluciones, sin embargo, en su ingreso Woodroof conoce a la sensible Rayon (Jared Leto), una transexual con problemas de drogas y tendencia a la autodestrucción, con la que comenzará un trepidante viaje para luchar por sus vidas.
Estamos en la década de los ochenta. El gobierno norteamericano (representado por la FDA) no sabe cómo combatir los efectos del sida y se preocupa por la burocracia, las prohibiciones y las sedaciones. Las farmacéuticas persiguen los beneficios económicos a costa de la salud de los pacientes y los médicos se pierden entre procedimientos y sanciones.
Woodroof, que en México ha encontrado un médico alternativo que consigue que el vaquero sea algo más que un saco de huesos, se asocia con Rayon y juntos comienzan con un peligroso contrabando de medicamentos ilegales.
Montan una ONG (ilegal) con sede en Dallas, con la que ayudar a los enfermos de VIH. Esquivando la ley, engañando al gobierno y transformando su paradigma vital, Woodroof se convierte en un (anti)héroe de los desheredados sociales. De este modo, asistimos al descubrimiento, al despertar de un homófobo cruel que termina en el mismo bando y ayudando con total convicción a los enfermos LGTB que solicitan su ayuda…
Sabías que…
1. La película sufrió problemas de financiación constantes y el estreno de la cinta tuvo que retrasarse hasta que el propio Matthew McConaughey puso dinero de su bolsillo para que avanzase el proyecto.
2. Esta parecía ser una de las historias malditas de Hollywood, puesto que el proyecto ya estuvo en manos de Brad Pitt, Marc Forster, Ryan Gosling y Craig Gillespie pero no llegó a cuajar.
3. Matthew McConaughey tuvo que someterse a una estricta dieta que le permitió perder 23 kilos para interpretar al protagonista de la película. Aunque el cambio físico del actor es evidente se queda lejos de los 33 kilos que tuvo que engordar Antonio de la Torre para la película ‘Gordos’ o los 30 kilos que adelgazó Christian Bale para el rodaje de ‘El maquinista’.
4. La película supone el regreso al mundo del cine de Jared Leto tras cuatro años en los que principalmente se ha centrado en la música y su banda ’30 seconds to Mars’.
5. Dos actores estuvieron a punto de firmar por la película, pero finalmente se cayeron del proyecto por problemas de agenda: Gael García Bernal y Hillary Swank.
‘Dallas Buyers Club’ – Tráiler
Lo mejor…
1. Dos actuaciones soberbias. ‘Dallas Buyers Club’ adquiere otra dimensión cuando hablamos del trabajo de sus actores principales. Ambos están nominados al Oscar por sus prodigiosas actuaciones (que han supuesto una transformación física para Mcconaughey y Leto), que consiguen armar dos personajes progundos y que transpiran veracidad.
Matthew McConaughey ya había estado brillante en sus dos últimos trabajos, ‘Magik Mike‘ -prácticamente lo único salvable de esta película- y ‘Mud’, pero aquí realiza la mejor actuación de su carrera. El actor no lo tiene tan difícil para el acento tejano, puesto que ha nacido en este estado, sin embargo consigue potenciar el acento hasta tal extremo que uno tiene la sensación de ver como mastica y escupe las palabras. El cambio físico al que se ha sometido es prodigioso, pero aún resulta más impresionante la veracidad de su personaje, su transformación de odioso homófobo a héroe por casualidad.
Por su parte, Jared Leto vuelve a uno de esos papeles extremos que tanto le gustan. El actor / cantante se mete en el papel de una transexual con problemas de adicción y consigue transmitir a la perfección la delicadeza, la triste soledad y la desorientación de Rayon.
Dos actuaciones diferentes, dos actuaciones memorables y dos actuaciones que los convierte en favoritos para alzar el Oscar.
2. La química entre Woodfroof y Rayon. La primera vez que coinciden los protagonistas de la película queda claro que son personajes totalmente opuestos. Los prejuicios del vaquero (llama a Rayon ‘Miss men’) impiden un acercamiento entre ambos. Su relación comienza por puro interés, pero poco a poco comienzan a aflorar los sentimientos. Ambos se sienten perdidos, desorientados ante una enfermedad de la que se desconoce prácticamente todo y encuentran en la figura del otro, un hombro donde apoyarse. Así surge el amor. No un amor físico, sino algo más espiritual, un amor diferente, un amor que no se verbaliza, pero que se puede sentir.
3. Derrotando a la intolerancia. La película tiene algo de didáctico. A lo largo de las dos horas de cinta, uno puede ver una gran evolución en el personaje protagonista. A comienzos de la cinta, Woodroof es un un personaje ostentosamente heterosexual y crudamente homofóbico. Sin embargo, cuando el metraje avanza vemos que su mentalidad cambia de manera radical. Sigue siendo un personaje áspero, desagradable en algunos momentos, pero su intolerancia va desapareciendo a medida que se acerca a la figura de Rayon.
4. Crítica a las farmacéuticas. Puede que sea algo maniquea, puede que sea algo ventajista… pero siempre es un placer ver una cinta que denuncia los sistemas sanitarios (en su globalidad) que convierten a los pacientes en meros números con los que hacer caja (ya de paso mandamos un saludo a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid).
5. Sin sermones. La película nos muestra a dos arquetipos de antihéroes. Y lo hace de manera descarnada, cruda, sin tapujos y con un punto de didáctico, sin embargo, no cae en la condescendencia y en la moraleja fácil.