En numerosas ocasiones, el azar se convierte en un elemento maravilloso. Este es el caso del cortometraje ‘Golden’. Su director, el jovén berlinés Kai Stänicke, decidió compartir este proyecto cuando una amiga le invitó a unirse a las protestas contra el salvaje atentado de Orlando.
El resultado ha sido maravilloso tanto para el director (que ha visto como su popularidad ha subido como la espuma) como para todxs nosotrxs que tenemos la opción de disfrutar de un proyecto que transmite un mensaje tan bucólico como inclusivo.
Desde tiempos inmemoriales, el dorado ha sido símbolo de apertura espiritual. Un color que revitaliza la mente, las energías y la inspiración, aleja los miedos y las cosas superfluas. Favorece la comunicación y el buen entendimiento con la gente.
Stänicke utiliza el dorado como metáfora del colectivo LGTB. El cortometraje nos muestra el proceso de crecimiento de un chico que poseé este color de piel. A lo largo de su infancia y adolescencia, el protagonista del cortometraje llora sus penas y ríe sus alegrías. Sin embargo, se encuentra huérfano de amor y de autoestima.
Un vacío existencial que consigue cerrarse gracias a la irreductible fuerza del amor que se levanta contra todas las barreras para convertirse en el placentero fuego que da sentido a la vida.
En palabras del propio director:
Si la película ha conseguido transmitir aunque sea una pizca de amor en estos tiempos convulsos, ha logrado su objetivo. Estés donde estés e independientemente de lo que estés sufriendo, recuerda: no estás solo. Tienes un lugar en la vida y juntos conseguiremos que ese lugar sea seguro”.