‘Dos días, una noche’: La solidaridad -y dudas- del obrero

Ficha técnica

‘Dos días, una noche’

Director: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne

Guión: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne

Fotografía: Alain Marcoen

Nacionalidad: Belga

Reparto: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Pili Groyne, Simon Caudry, Catherine Salée, Batiste Sornin, Alain Eloy, Myriem Akeddiou, Fabienne Sciascia, Olivier Gourmet.

Duración: 95 min.

Productora: Coproducción Bélgica-Francia; Les Films du Fleuve / Archipel 35

Distribuidora en España: Wanda Films  

Calificación: 7,7 / 10

¿De qué va?

Las etiquetas nunca son positivas puesto que restan el brillo de cada uno. Ahora bien, en el mundo del cine hay etiquetas que empujan a una película (cine de culto) y otras que recluyen a determinadas historias (cine social) a guetos temáticos.

Así es el cine de los hermanos Dardenne. Un cine comprometido y demasiadas veces poco valorado puesto que se encasilla en el discurso panfletario. Nada más lejos de la realidad, solo hay que echar un vistazo a la filmografía (extensa y excepcional) de los belgas para comprobar que sus películas (duras y directas) están liberadas de cualquier tipo de mensaje maniqueo.

‘Dos días, una noche’ es una película que parece planteada desde las trincheras del proletariado. El planteamiento es tan cruel que refleja a la perfección el sistema laboral que se establece en multitud de grandes compañías: la dirección de la empresa deja que los empleados de la fábrica decidan si quieren cobrar un plus o si prefieren que una compañera continúe en plantilla.

Esta compañera en cuestión es Sandra (Marion Cotillard). Erigida como la protagonista absoluta de la historia, esta joven obrera tendrá un fin de semana para hablar con sus compañeros sobre que opción van a tomar en la votación del lunes.

Si en el aspecto temático la cinta está liberada de prejuicios, en el plano estético la cinta se libera de florituras, de elementos superfluos. Los hermanos Dardenne se aproximan al cine documental (ese gusto por la cámara al hombro, ausencia de música…) para aproximarse a una historia en la que la dignidad se traduce en ceros.

La película no se plantea en términos absolutos. Los belgas, siempre alejados del maniqueísmo, presentan un crisol de opciones. Algunos trabajadores apoyan a su compañera, otros no…pero todos resultan personajes creíbles, gente con la que identificarse, personas con sus deseos y frustraciones.

Marion Cotillard es la actriz sobre la que se articula toda esta pequeña odisea obrera. La francesa, que tiene un halo de estrella aún vistiendo camisetas color fluor, realiza una interpretación angustiosa. Una interpretación de las que hacen sufrir al espectador puesto que se intuye un interior caótico.

‘Dos días, una noche’ está en las antípodas de cualquier tipo de paternalismo. Los hermanos Dardenne se confirman como unos genios de la mimesis, al trasladar toda la angustia del proletariado de una manera cruda, honesta y sin querer teledirigir al espectador. Una pequeña joya visual que mira a los ojos a la bestia del capitalismo salvaje. 

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