‘Victoria’: una odisea berlinesa rodada en plano secuencia

FICHA TÉCNICA

Título original: ‘Victoria’

Duración: 140 minutos

Nacionalidad: Alemana

Dirección: Sebastian Schipper

Guión: Olivia Neergaard-Holm, Sebastian Schipper

Fotografía: Sturla Brandth Grovlen

Reparto: Laia Costa, Frederick Lau, Franz Rogowski, Max Mauff, Burak Yigit, Nadja Laura Mijthab

Calificación: 6,75 / 10

¿De qué va?

En 1947 Raimond Queneau publicaba ‘Ejercicios de estilo’, un libro que setenta años después sigue pareciendo revolucionario y se ha convertido en un imprescindible en los catálogos de los cursos de escritura creativa. El cofundador del delicioso movimiento literario conocido como OuLiPo se basó en la técnica musical de Bach para convertir un texto nimio (un hombre viajando en autobus) en un fabuloso ejercicio formal que contiene hasta 99 variaciones.

El director Sebastian Schipper parece haber seguido la estela de Queneau para trazar la historia de ‘Victoria’, es decir, entender el cine (o la literatura) como un juego muy serio. El cineasta alemán convierte el viaje nocturno de una inmigrante española en Berlín en todo un juego cinematográfico que nos muestra la historia de un modo diferente: toda la cinta está rodada en un único plano secuencia que se desarrolla (y también está rodada) en tiempo real.  

A pesar de que no es la primera película que se rueda en plano secuencia (la extraordinaria ‘Birdman’ de Iñarritu andaba este camino por poner un ejemplo próximo) ni la primera que se desarrolla en tiempo real (‘A la hora señalada’) la combinación de ambas técnicas no dejan ninguna duda del dominio técnico, el ingenio y la habilidad del cineasta germano.

Una viaje en plano secuencia

La historia se desarrolla en el famoso barrio berlinés de Kreuzberg. La cámara se convierte en un excepcional testigo de la odisea nocturna de Victoria (Laia Costa), una joven inmigrante española que trata de encontrar su camino en Berlín. La cámara recoge el viaje de esta joven en la capital europea del techno.

‘Victoria’ se centra en un espacio breve de tiempo, dos horas de la vida de la joven, que cambiará para siempre la vida de nuestra protagonista. Desde las cuatro de la mañana hasta las seis: un trayecto en el que se embarca con cuatro jóvenes berlineses para los que la noche acaba de empezar y que tienen toda la pinta de atraer desgracias. 

Un viaje iniciático que está salpicado de fiesta, música techno, coqueteos románticos, vacíos existenciales, deseos frustrados, matones de saldo y la cara b de un Berlín que se convierte en un personaje más en la transformación de niña consentida a mujer guerrera de nuestra protagonista.

Ante tanta exuberancia formal, el guión queda flojo. Sebastian Schipper y Olivia Neergaard-Holm diseñaron un guión de apenas doce páginas que se iban alimentando con el paso del rodaje y las aportaciones de los diferentes actores de la cinta. Sin embargo, estas aportaciones no consiguen pulir el principal defecto de una cinta que en ocasiones vemos que no avanza (o lo hace de manera concéntrica) y en la que se repiten demasiadas situaciones.

Todo el peso dramático recae sobre Laia Costa, a la que le han bastado 140 minutos para pasar de ser una actriz anónima a convertirse en una nueva referencia del cine europeo. La cinta es algo irregular, tiene momentos en los que la historia se atasca y momentos que deberían haber sido eliminados con un buen montaje. Aún con todos sus defectos, Schipper nos propone una experiencia cinematográfica única y que no debería perderser todo aficionado al cine. 

Y es que como afirmaba Paul Valery: ”La poesía no está hecha para entenderla si no para sentirla” y la cinta protagonizada por Laia Costa se puede ver, sentir y tocar.

Vídeo: Tráiler de ‘Victoria’