Veinte bodas simbólicas reclaman la llegada del matrimonio igualitario a Cuba

El malecón de la Habana teñido con los colores arcoíris… El sábado la capital cubana nos ofrecía una bella postal. Y es que la VIII Jornada Cubana contra la Homofobia y Transfobia tenía como colofón un acto central cargado de simbolismo.

Un total de veinte bodas. Veinte parejas del mismo sexo intercambiaban sus votos para protestar por el vacío legal, por la falta de una legislación que permita la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo en la isla.

Veinte parejas que se convierten en sinónimo de lucha. Veinte parejas que ponen rostro a miles de integrantes de la sociedad cubana que pertenecen al colectivo LGTB y reclaman cosas tan básicas como tener una voz propia y sentirse ciudadanas y ciudadanos… cuestiones que se han negado a la comunidad LGTB cubana durante las décadas de gobierno castrista.

Toronto como inspiración

La multitudinaria ceremonia se ha inspirado en la celebración de un centenar de bodas igualitarias en Toronto con motivo de la celebración del Toronto Pride.

La marcha, al ritmo de la conga y los tambores que marcaban el ondeo de las banderas del arco iris, se ha celebrado sin ningún tipo de incidentes, así las personas asistentes han podido celebrar su condición sexual sin temor a limitaciones policiales ni represalias.

Tal y como afirmaba Raúl Orta tras casarse simbólicamente con Yaimel Medina trece años después de conocerse:

Nuestra familia nos acepta, pero la sociedad no. Y si mañana uno no está, el otro pierde todo. No es justo’

Orta ha indicado que la situación para el colectivo en el interior del país es más dura que en la capital. Por ello, muchas personas pertenecientes al colectivo y que proceden de provincias más pequeñas, han vivido este hecho como un acto de liberación.

En el interior del país, ni tan siquiera podemos soñar con un evento como éste. Es un evento único que es sorprendente para los gais, un evento en el que uno puede mostrar realmente la cara que tiene sin esconderse’, ha afirmado Raiza Marmol, que se mudó desde Camagüey a la capital hace dos años y ha intercambiado votos con su pareja, Yatiana García.

Una celebración que muchas de las personas asistentes han sentido como histórica. No hay que olvidar que en el pasado Fidel Castro envió a personas del colectivo a campos de trabajo. En la actualidad, Mariela Castro, hija del actual presidente, es la imagen del cambio de mentalidad que se vive en la isla y se ha implicado de manera decisiva en la celebración del evento.

Vídeo: Día Contra la Homo y Transfobia en La Habana