Aunque se encuentran a pocas horas de distancia en avión, Nueva York se encuentra a galaxias de distancia del conocido como cinturón bíblico de los EEUU.
La polémica que se ha instalado desde hace semanas con la comunidad trans que ha sido atacada y humillada en estados como Luisiana y Carolina del Norte ha vuelto a confirmar esta distancia sideral.
El pasado mes de marzo, Bill de Blasio, ordenó a los servicios de la ciudad permitir a las personas elegir qué baño utilizar en función de su identidad de género, y ahora, se ha dado un paso más para olvidar el rosa y el azul del pasado que marcaban unas diferencias que excluían a las personas transexuales.
La medida está en consonancia que el anuncio del pasado 30 de junio, por el cual las personas transexuales pueden servir en el ejército norteamericano y paradójicamente siguen encontrando problemas de discriminación en los baños públicos.
Así, a partir de ahora, los servicios de un solo ocupante dejarán de diferenciar a las personas por su género y se abren a todxs los norteamericanxs.
Daniel Dromm, miembro del Consejo Municipal, ha resumido la postura del ayuntamiento:
Cada día, los transgénero deben luchar contra el hecho de que sus elecciones les lleven al acoso o algo peor, y designar los baños individuales como sexualmente neutros es una forma de crear un entorno más amable.”