‘Amor Eterno’: Cuando el terror y el deseo emergen en furtividad

Premiada con el galardón Noves Visions: Emergents en el Festival de Sitges del año pasado, la cinta ‘Amor eterno’ ha viajado por otras muestras de cine de terror y LGTB desde entonces, recibiendo otras condecoraciones como la del Gran Jurado del OUTFEST 2015 de Los Angeles y demostrando que las tramas con personajes homosexuales son completamente compatibles con todo tipo de públicos.

El segundo largometraje del realizador barcelonés Marçal Forés, que ha sacado adelante en colaboración con el canal de suspense Calle 13 y la vanguardista productora audiovisual CANADA, nos introduce en una oscura historia de terror con un explícitamente extenso componente sexual y homoerótico.

Concebida como una obra off cuya preproducción y rodaje fue efectuado en tan sólo 7 días, ‘Amor eterno’ explora en la misma dirección que el fenómeno del cine gay francés ‘El desconocido del Lago‘. Si bien, su resultado dista del naturalismo formal que pudo apreciarse en el primero, cultivando una concepción estética más cercana al preciosismo y la a la representación cruda de los instintos humanos.

¿De qué va?

Como cada tarde después de clase, Carlos -Joan Bentalle- acude un entorno natural cercano a Montjüic en el que personas homo y heterosexuales practican sexo anónimo y clandestino.

Sin embargo, tras encontrarse con uno de sus alumnos, Toni -Aimar Vega-, inicia una pasional relación que no le impide actuar con pragmatismo ante ”el enganche” emocional que surge entre ambos.

A medida que sus encuentros se repiten, Carlos empieza a tratar a Toni como cualquier otro de ligue esporádico, por lo que el joven comienza a experimentar celos y sentimientos de posesión irracional. Sus amigos, preocupados por el devenir de la situación, comienzan actuar en torno a ambos al tiempo que un oscuro crímen tiene lugar en el paraje. 

Vídeo: Tráiler de ‘Amor Eterno’