La aprobación del matrimonio igualitario en Irlanda a través de un referéndum en el que han participado todos los irlandeses, ha supuesto un nuevo empuje para las uniones del mismo sexo, a pesar de la paradoja que se desprende de someter a consulta pública un derecho fundamental como es el acceso igualitario al matrimonio de todas las personas independientemente de su orientación sexual o identida de génro-.
En Alemania e Italia se ha revitalizado el debate gracias a los diferentes mensajes que se han enviado desde los propios estamentos políticos. En el país germano, la oposición al CDU de Angela Merkel, ha ejercido presión para aprobarlo en un país en que levanta barreras desde hace años contra el matrimonio igualitario y la adopción homoparental.
En Italia, ha sido el propio Renzi el que se ha reunido de manera privada con su gabinete, donde gran parte de sus integrantes se han mostrado favorables a la propuesta de introducir el matrimonio igualitario en el país.
Por su parte, la opinión pública australiana también se ha lanzado a debatir sobre un tema que tiene un apoyo masivo por parte de la población, pero que tras perder varias oportunidades para reconocerlo, continua bloqueado por las instituciones políticas del país.
Apoyo ciudadano
La manifestación se llevó a cabo sin ningún tipo de contratiempos. Miles de personas se reunieron de manera pacífica y liderados por la hermana del primer ministro, Tony Abbott, han reclamado que los políticos puedan tener libertad de voto en esta cuestión.
Abbott, líder del partido Liberal, ha recibido numerosas criticas por su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo. No solo eso, desde 2012, Abbott se ha negado a permitir la libertad de voto sobre la cuestión, manteniendo su partido Liberal gobernante de votar.
Entre los manifestantes, la hermana del primer ministro Tony Abbott. ‘Esto es tan importante para gran parte de la población como para llevar a cabo juegos políticos’, ha dicho. Todo, para que la política pueda atender los cambios que reclaman los ciudadanos, ya que según las últimas encuestas, el 72% de los australianos estaría a favor de su legalización.