Sin lugar a dudas, Florence Foster Jenkins ha sido una de las voces más singulares de la historia de la ópera.
Dotada de un nulo talento para el canto, esta acaudalada mujer norteamericana prefirió hacer oídos sordos a las críticas y continuar con una de las carreras musicales más insólitas de la ópera.
A lo largo de una carrera de más de tres décadas, Florence Foster acumula infinitas historias divertidas. En 1943, tuvo un fuerte accidente en taxi. Las secuelas del mismo no fueron negativas y Florence descubrió que podía cantar un fa más alto que nunca, por lo que en lugar de una demanda contra la compañía le envió una caja de puros de lujo al conductor.
Sobre el escenario también se sucedían las anécdotas. A pesar de que la crítica se mostraba incluso cruel con las actuaciones de Florence, lo cierto es que pronto se convirtió en una de las artistas favoritas de público norteamericano que llenaba sus funciones noche tras noche.
Una excepcional aventura musical que llegará a la gran pantalla en Inglaterra el próximo mes de mayo con un elenco envidiable que lideran Meryl Streep y Hugh Grant.
Un recorrido por la sigularidad de una figura valiente que no se replegó ante las críticas o normas sociales y que se convierte en el mejor ejemplo de la máxima vital pronunciada por Charles Chaplin: ”Sé tú, e intenta ser feliz, pero sobre todo, sé tú.’