Más de tres mil quinentas personas secundaron la primera marcha del Orgullo LGTB en la ciudad chipriota de Nicosia. Un dato muy positivo que se suma a los avances en derechos LGTB que el país ha dado desde el año pasado en cuestiones relativas a las conductas y mensajes de odio contra la Diversidad.
La manifestación de el activismo y la ciudadanía se llevó a cabo de la manera más pacífica, entonando proclamas relacionadas con el reconocimiento de los derechos LGTB y ondeando banderas arcoíris. Un acto que ha sorprendido a sus organizadores por el nutrodo apoyo social.
Esta marcha se ha convertido en una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos años, superando las organizadas en torno a las protestas por la situación financiera del país.
No se salvan de la oposición ultra de caracter religioso
A pesar del creciente apoyo de la sociedad a las políticas pro LGTB -pues recordemos que Chipre despenalizó la homosexualidad hace tan sólo dieciséis años- todavía existe un gran poso contrario al respeto a la Diversidad, liderado en su mayoría por la Iglesia Ortodoxa.
El malestar del sector ultra religioso se materializó en una contramanifestación delante del Parlamento al que acudieron unas docientas personas -entre los que se encontraban varios representantes de la fe ortodoxa-.
La violencia verbal se convirtió en física cuando varias personas lanzaron granadas de humo hacia la marcha y protagonizaron ofensivas hacia los manifestantes. Actos violentos que rápidamente fueron neutralizados por los policías que se habían mezclado con los asistentes vestidos ‘de paisano’.
No obstante, el resultado de la marcha ha sido del todo satisfactorio, como indica la activista Magda Zenon:
He venido porque apoyo el derecho de todo el mundo a ser quien es. […]Quiero vivir en una sociedad en la que todo el mundo tenga acceso a los recursos y a la ley.’