¿Tests de género en el Mundial de Fútbol femenino?

¿Imaginais a Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos o Álvaro Negredo esperando turno para someterse a una prueba que demuestre que son hombres? 

Esa grotesca decisión, más propia de la Federación de Fútbol de Afganistan que de un organismo que presume de tener una tolerancia cero con la discriminación, es la que según el diario ‘Bild‘ ha propuesto la FIFA de cara a la Copa del Mundo de Fútbol femenino que arranca en Canadá el próximo 6 de junio.

De este modo, la polémica vuelve a instalarse en el deporte femenino. Hace semanas nos hacíamos eco de la negativa a jugar la final de la Copa de Italia de las jugadoras del Brescia y del Tavagnacco ante las constantes actitudes lesbofóbicas de Felice Belloli, Presidente de la Lega Nazionale Diletanti, que en una reunión con las jugadoras se desmarcó con un ”¡Vale ya! No podemos estar siempre hablando de darle dinero a estas cuatro lesbianas”.

Alimentando la lacra del machismo

Ahora nos sacude el machismo. No un micromachismo que se puede tolerar contando hasta diez mientras haces un repaso mental de la familia del troglodita de turno, no. Aquí estamos hablando de un machismo con mayúsculas y promovido desde un organismo internacional.

Las jugadoras que han hablado con el diario germano, han intentado quitar hierro al asunto -aunque bien merecería que no fueran tan indulgentes-. Lena Goessling, una de las estrellas del conjunto alemán, ha indicado al medio que: ‘Nos hemos tomado el tema del test de género como algo divertido, no lo hemos asumido como algo serio”.

En declaraciones al mismo medio, la entrenadora de la selección alemana, Doris Fitschen, se ha mostrado bastante más seria. Fitschen ha rechazado la imposición de esos tests y ha garantizado que las 23 jugadoras de su conjunto son mujeres, según atestiguan ya los correspondientes certificados médicos que tienen que presentar.

La FIFA alega que en el anterior Mundial hubo sospechas (que no se han podido comprobar) de que tres jugadoras de Guinea Ecuatorial eran hombres y también pone como ejemplo el caso de Caster Semenya en el mundo del atletismo.

Sin embargo, el debate de fondo es bastante más profundo. En este caso, la FIFA ejemplifica lo más zafio de la heteronormatividad: hombres diciéndole a las mujeres como debe ser la esencia de lo femenino. El organismo cuestiona todo lo que no encaje en ese patrón burgués que asocia la mujer a dos terminos: cásate y sé sumisa.

Un machismo que no solo indigna al mundo del deporte femenino sino que afecta a todas capas de la sociedad. Aquí estamos hablando de violencia contra la mujer. Una actitud que toma diferentes formas y contra la que siempre hay levantarse.

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More