El Salvador endurece las penas por LGTBfobia en su Código Penal
El diputado salvadoreño René Portillo ha comunicado la decisión de la Comisión de Legislación de la Asamblea reformar los artículos 129 y 155 del Código Penal para endurecer las penas por delitos de odio motivados por la raza, etnia, religión y adscripción política, una norma que será aplicada de la misma manera en los casos de violencia contra la comunidad homo, bi, trans e intersexual.
Esta noticia llega en un contexto de irregular aceptación y apoyo de los derechos de las personas LGTBI en el país centroamericano, ya que hace escasos cinco meses se aprobó la enmienda de su Constitución para impedir la regulación del matrimonio igualitario. Una iniciativa que choca con la somera apertura al colectivo suscitada tras la inclusión de observadores LGTBI en sus últimos comicios electorales.
Quizá por la recomendación internacional o por la puja de los diferentes signos políticos en la cámara, se ha dado en esta ocasión una situación favorable para la aprobación de tal reforma, que pretende proteger la integridad y dignidad de su población LGTBI.
Mañana será aprobada en el pleno
Tal y como ha explicado Portillo, la reforma del artículo 129 favorecerá que los homicidios por razón de odio serán considerados ”homicidios agravados” y esto implicará un ascenso de la pena de los 30 a los 50 años. Por otro lado, la enmienda al artículo 155 incorporará el concepto de ”amenaza agravada” cuando esté generada por las mismas razones
Portillo informó a su vez que todos los grupos legislativos firmaron el dictamen favorable que ingresará este próximo jueves al pleno para su aprobación. En sus propias palabras
Hay muchas amenazas u homicidios que se dan por razones eminentemente de orientación sexual o de odio hacia la orientación sexual. Hemos visto homicidios en personas cuya orientación sexual ha sido la motivación por las que las han amenazado o por lo que les han dado muerte. Esa figura no existía en el Código Penal. Estamos legislando para que estos crímenes no queden impunes.’