Canadá acogerá a personas LGTB rusas que busquen refugio
Calibre internacional
Tras la oleada masiva de quejas y condenas ante la actual situación rusa con el colectivo LGTB, Canadá ha sido el primer país en reaccionar. Cabe mencionar que sorprende que sea un país americano el primero en tomar esta medida sin pertenecer al continente europeo ni tener tan cercano el problema.
Chris Alexander se erige ahora como el primer abanderado político de la causa contra Rusia, después de que Obama condenara la situación -pero este último no vive una situación diplomática normal con el país en estos momentos-. El ministro, perteneciente al partido conservador en el Gobierno, ha sembrado un rayo de esperanza en la causa LGTB rusa con estas declaraciones.
Robert Hughes, quien representa a dos hombres rusos homosexuales que piden asilo en el país del norte, se ha mostrado muy satisfecho y aliviado por la noticia: ‘Es muy motivante. Son noticias positivas’, declaró en The Globe and Mail. Al parecer, y según el jurista, muchas personas están sumándose a la petición de asilo en Canadá por la grave situación de opresión que sufren los gais, lesbianas, bisexuales y transexuales que residen en la que fuera antigua URSS.
No es la primera vez que ocurre
Canadá pondrá estos casos al mismo nivel de los que piden refugio por causas de persecución política o discriminación por minoría étnica. El país ya tiene tradición en acoger a refugiados de este tipo de causas en el pasado, el exministro de Inmigración Jason Kenney ayudó a reubicar a refugiados homosexuales provenientes de Irak e Irán por motivos muy similares. En enero de este año, el exministro se pronunció: ‘No puedo pensar en otro caso más obvio de persecución’.
Canadá, después de la propia Rusia, es el país con más superficie del mundo y una de las densidades de población más bajas, su último censo los contabilizaba en 33,5 millones de habitantes. Por año, entre 140 y 255 rusos piden asilo en el país y la mitad de ellos son usualmenta aceptados. Después de las declaraciones de Chris Alexander puede que muchos rusos vean este continente como su última salvación para huir de la discriminación de su país de origen.