‘Hazte oír’, ‘Manos Limpias’, ‘Derecho a Vivir’…a lo largo del estado español existen multitud de asociaciones que, a pesar de sus continuados esfuerzos por enmascarar su realidad, se rigen por la incoherencia más absoluta.
Y no solo de incoherencia están hechos los trajes de estas fundaciones. Sin rascar demasiado en la superficie uno puede observar como la inquina, el odio y una visión mezquina y sesgada de la realidad marca todas sus acciones. La mayor parte de estas asociaciones siguen los patrones de la iglesia.
Ahora bien, no siguen las directrices que marca la iglesia en su conjunto, sino que recoge los elementos más ultras y herméticos del catolicismo e intenta imponerlos al conjunto de un estado que se ha declarado aconfesional.
Un camino de desencuentros
La última polémica ha sido protagonizada por ‘Derecho a Vivir’. Sin embargo, no se puede decir que esta acción sea un hecho aislado, más bien se acerca al resultado de unas fundaciones que se empeñan en vivir ajenas a la realidad que las rodea para realizar continuos ejercicios de odio.
En concreto, la asociación ‘Derecho a Vivir’ ha censurado que el Ayuntamiento de Andratx gobernado por el PP organice un festival de corales gay con el que se discrimina al resto de la ciudadanía ‘para favorecer la ideología de genero que defiende Podemos’.
En un comunicado, han aseverado que ”el dinero público del Ayuntamiento será utilizado para fomentar la ideología de genero’ con la organización de un festival que ‘pretende llevar la homosexualidad a todos los hogares del municipio mediante la promoción de la música gay”.
Además de la simpleza de los argumentos, sabíamos que hay diferentes estilos musicales -que además no son excluyentes- pero no que hubiese una música gay o una música para heterosexuales, el verdadero problema surge de lo que no se dice pero se sugiere.
En efecto, aunque disfracen sus discursos con eufemismos y diferentes trucos del lenguaje, lo que subyace de estas declaraciones es una LGTBfobia de manual. Si ellos se empeñan en poner máscaras a sus discursos, nosotros nos encargaremos de derribarlas llamando a las cosas por su nombre: LGTBfobia…y el colectivo no se encuentra solo, España es el país de Europa con una mayor tasa de aceptación de la homosexualidad -un 88%-. No hay ningún problema en que tiren los dados; la partida está ganada.