‘I Want to be a Butterfly’: La metamorfosis de género como travesía vital
”Quiero ser mariposa para que mi metamorfosis sea rápida”. Con esta desideración inicia la serie con la que el fotógrafo granadino Ángel Guzmán ha participado en la última edición de FanCineGay, una colección que trata de alejarse del retrato anatómico de la condición trans para mostrarnos el entorno y la psicología inherentes a la disidencia del género socialmente atribuido.
A través de nueve retratos que, a medio camino entre la fotografía documental y la escenificada nos introducen en estampas de la vida cotidiana de personas transexuales y transgénero, Guzmán consigue que conectemos con los sentimientos de sus protagonistas, pues nadie está libre de sentir soledad, abandono, decepción o incertidumbre a lo largo de su vida.
- Si te han gustado, puedes disfrutar de las obras de Ángel Guzmán en angelguzman.es, y en sus cuentas en Facebook e Instagram
‘Quiero ser invisible. Que no me señalen, me insulten o sea objeto de agresión.
Quiero ser mariposa para que mi metamorfosis sea rápida.
Quiero ser visible siendo yo‘
‘Jamás pensamos que Marta nos diría que se encontraba disconforme con su cuerpo. El día que nos lo explicó lo que sucedía se nos hizo un mundo, no sabíamos que nombre ponerle a aquello que nos estaba contando.
Al poco comprendimos todas esas cosas que habían estado pasando desde su niñez, y ahora estamos encantados de poder ayudarla y acompañarla en su proceso‘. (Padres de Marta, de 6 años)
‘El abismo de la soledad. El no tener apoyo de tu familia. El tener casa, madre y hermano, pero no un hogar. El tener miedo de descubrirte tal y como eres.
Pero, una vez que lo haces, descubres que tu verdadera familia, aunque no de sangre, te quiere, te apoya y te protege mucho más, y que siempre están a tu lado luchando por verte sonreír.
Porque, sinceramente, ningún camino es fácil si uno lo hace solo’. (José Luis. 20 años)
”Fue muy duro tener guardado para mí algo tan doloroso e íntimo. Tenía miedo atroz a que lo supieran mis padres. Sus posibles reacciones.
Al contrario de mis predicciones me apoyaron y buscamos ayuda. No fue agradable para ninguno. Era un reto en el que no sabían nada, un duelo para todos. Sin embargo, el apoyo de mi familia fue crucial para mi evolución y felicidad.
El camino me lo han allanado mis padres y hermanos con su respeto y amor. Hemos aprendido a ser una familia”. (Fabiola. 23 años)
”La identidad de género de una persona es su sentido interno de ser hombre o mujer, chico o chica. La orientación sexual es la atracción sexual de alguien hacia otras personas que pueden ser del sexo opuesto, del mismo sexo, o de ambos sexos.
Como el resto de la gente, las personas transgéneras pueden ser heteros, gais, lesbianas o bisexuales”. (Mayte. 23 años).
”Solo la idea de sentir el cuerpo de una mujer me hacía temblar, (…) Me sentía culpable cuando dormido en mis sueños me relacionaba sexualmente con una mujer, (…).
Con el tiempo descubrí que lo que me habían dicho que no podía ser así, no podía ser de otro modo, es inevitable mi atracción por las mujeres y sin embargo, no eran ellas lo prohibido.
Fantasear con lo prohibido. Desear lo prohibido. Soñar con lo prohibido. Descubrir que el terreno realmente prohibido es mi propio cuerpo”. (Iván. 30 años)
”¿Qué es la vida cuando debes vivirla de una forma diferente? No es vida, hasta que un día te armas de valor y le das sentido a todo y comienzas de forma correcta.
Ser transexual me ha enseñado que la vida son momentos, detalles, experiencias, lucha, fuerza, personas que se van y las importantes que se quedan, pero lo que más me ha enseñado es que la felicidad no tiene precio y que luchar por ella merece la pena.
Todo lo malo se olvida, y todo lo vivido se va, empiezas una nueva vida, empiezas esa vida que de verdad te pertenece.
Un sueño hecho realidad”. (Aaraon. 30 años)
‘Esta soy yo, una mujer y artista. Vivir de tu cuerpo y trabajar duro cada noche para cumplir un sueño que, de otro modo, sería imposible.
Tras el escenario, los focos y los aplausos del público, vuelvo a mi casa.
Vuelvo a mi cruda realidad.’ (Vanessa. 33 años)
”Sé que yo sería una buena madre y me gustaría serlo. Simplemente lo sé. Estas cosas se saben porque sí, no hay que averiguarlo, se sienten. Y no tiene que ver con el hecho de ser mujer.
Hay mujeres que se sienten madres y otras no, y eso no las hace ni más ni menos mujeres. Tampoco tiene que ver con el hecho de ser fértil o no, de tener o no tener útero, o con ser transexual o no serlo. Sencillamente sientes que tienes esa cualidad.
Sé que seré una buena madre.’ (Sandra. 42 años)
”Jamás he negado que hace cuatro años me sometí a una intervención de reasignación de sexo. Por fin. Intenté luchar. Intenté ser positiva y ser fuerte. Ser visible.
Pero en este momento de mi vida me quedé sin fuerzas ante una sociedad ambivalente que no es que no pueda entender, es que a veces no quiere. Intento pasar desapercibida porque ya no quiero andar todo el día explicando que soy una mujer corriente.
Deseo no ya olvidar lo que soy… o de dónde vengo… sino por primera vez… tener intimidad”. (Regina. 61 años)
Ángel Guzmán (Granada. 1980), diplomado en Empresas y Actividades Turísticas por la UNED, comenzó a vinclularse de manera profesional con la fotografía en la Escuela de Diseño y Artes Visuales Estación Diseño, lugar en el que ha desarrollado su aprendizaje académico de la mano de Fernando Bayona, Javier Mariscal Ariza y Emilio López.
Tras su inmersión en la técnica fotográfica, el autor ha ejecutado trabajos para el entorno institucional, publicitario y cultural, llegando a exhibir sus obras en diversas exposiciones individuales y colectivas, que han conseguido llevar su producción de salas culturales andaluzas hasta la Habana.
Su desempeño en la disciplina le ha llevado a ser nominado a los I Premios HEBE Jóvenes Talentos de Granada y reconocido con el 3º Premio del III Concurso Fotográfico. ‘Imágenes del Silencio’ de EMUCESA. Su serie ‘I Want to be A Butterfly’ ha sido recientemente exhibida dentro de la programación artística del Festival LGTB extremeño FanCineGay.