La homofóbica cláusula religiosa de Indiana contagia al estado de Carolina del Norte

La semana pasada el gobernador de Indiana Mike Pence avivó la discriminación LGTBI en el estado norteamericano tras aprobar una cláusula de conciencia religiosa que permite a las personas regentes de establecimientos públicos negarle el servicio a las personas que identifiquen como homo, bi, trans e intersexuales.

A la a todas luces discriminatoria norma, ya criticada por personajes públicos, políticos y empresas como Apple, Gap, Yelp o Levi’s -que incluso han amenazado con paralizar proyectos de expansión en la región- le ha salido una ”hermana” en Carolina del Norte, que amenaza a su población LGTBI con la arbitrariedad de quedarse sin auxilio en los hospitales del estado.   

Igual que en Indiana, los grupos impulsores de la discriminatoria Ley de Restauración de Libertad Religiosa de Carolina del Norte argumentan que se basa en una ley de 1993 aprobada por el Congreso y firmada por el presidente Clinton, que proclamaba que el gobierno no puede aprobar leyes que impidan a las personas profesar con libertad su religión.

Y claro, qué mejor manera de profesar las religiones de raíz cristiana que excluir, discriminar y demonizar a las personas homo, bi, trans e intersexuales ¿no?

Tras el anuncio de estas repulsivas leyes contra un sector de su propia ciudadanía, el gobernador de Connecticut Dan Malloy se ha hermanado con el veto de las ciudades de San Francisco y Seattle, condenando a su vez la nueva normativa y firmando una orden ejecutiva que dejará de sufragar los viajes a los citados estados con fondos estatales. En palabras de Malloy:

Cuando nuevas leyes hacen retrasar los relojes del progreso, no podemos quedarnos de brazos cruzados. […] Con esto queremos enviar el mensaje de que no toleramos la discriminación.’

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