Ficha técnica
‘El Gran Hotel Budapest’
Dirección: Wes Anderson
Guión: Wes Anderson y Hugo Guinness
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Robert D. Yeoman
Nacionalidad: Estadounidense
Reparto: Ralph Fiennes, Tony Revolori, Saoirse Ronan, Bill Murray, Jude Law, Willem Dafoe, Tilda Swinton, Harvey Keitel, Edward Norton, Jeff Goldblum, Adrien Brody, F. Murray Abraham, Mathieu Amalric, Owen Wilson, Jason Schwartzman, Tom Wilkinson, Léa Seydoux, Bob Balaban
Duración: 99 minutos
Calificación: 9 / 10
¿De qué va?
La cuestión es bien sencilla. Wes Anderson tiene una forma de hacer cine tan personal y tiene un universo propio tan rico, original y sugerente que para identificar sus películas solo hace falta ver un par de fotogramas.
También hay que decirlo, Anderson, y su cine, son la viva imagen de lo hipster. Desde su notable obra prima ‘Bottle Rocket’, hasta la deliciosa ‘Moonrise Kingdom’ todo su cine es intencionadamente circular.
Sus historias orbitan sobre una eterna contradicción que se cristaliza en comedias desoladoras. Su humor es rebuscadamente naif y surrealista. Y su estética (que cuenta con travellings vertiginosos, decorados artesanales y un espíritu kitch) es tan insólita que los debates sobre sus películas se encienden sin necesidad de que haya alcohol de por medio.
En ‘El Gran Hotel Budapest’, Anderson –aunque con matices- vuelve a ser fiel a su forma de entender el cine. Paradójicamente, la película se ambienta en la imaginaria república de Zubrowka para realizar un cautivador retrato de los cambios que transformaron a Europa en la primera mitad del siglo XX.
La historia comienza atravesando varias estaciones hasta instalarse en la llamada época de entreguerras. El Gran Hotel Budapest vive una dulce época. Los modos de Gustave H (Ralph Fiennes), un conserje eternamente perfumado y de maravillosos modales –sobre todo si trata de viudas acaudaladas-, su privilegiado emplazamiento, sus sofisticados menús y sus famosas aguas termales hacen las delicias de la aristocracia centroeuropea.
Al hotel llega Zero Moustafa (Tony Revolori), un joven inmigrante ajeno a todo este mundo y al que pronto Gustave toma como pupilo. La muerte de Madame D (Tilda Swinton), una rica cliente del hotel, y amante del conserje, cambiará el rumbo de los protagonistas de la historia.
Gustave y Zero tendrán que esquivar a una acadualada familia –encabezada por Adrian Brody– y a su solucionaproblemas particular –William Dafoe-, a unos ineptos, pero elegantísimos, policías –comandados por Edward Norton– y a los primeros retazos del nazismo para poner a salvo un cuadro renacentista (el niño de la manzana) que han heredado y que tiene un incalculable valor…
‘El Gran Hotel Budapest’ – Tráiler
Sabías que…
1. La película está basada en los textos del escritor austriaco de origen judío Stefan Zweig. Uno de los escritores más infravalorados de la primera mitad del siglo XX y que termino suicidándose junto a su esposa ante el avance de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
2. La cinta tuvo su estreno mundial en el pasado Festival de Berlín, donde consiguió alzarse con el Premio Especial del Jurado.
3. Esta es la primera vez que Wes Anderson rueda en Europa.
4. ‘El Gran Hotel Budapest’ cuenta con la participación de actores clásicos del universo Anderson: Bill Murray, Owen Wilson, Jason Schwartzman, Edward Norton…Sin embargo, en esta terna de grandes actores no ha entrado Johnny Depp, que fue elegido para protagonizar esta cinta, pero que finalmente fue sustituido por Ralph Fiennes por problemas de agenda.
5. Owen Wilson, actor que ha participado en todas sus películas, es un íntimo de Wes Anderson. De hecho, ambos compartieron habitación en la residencia de la universidad y el actor colaboró en la elaboración de los guiones de las tres primeras películas del director.
Lo Mejor…
1. Un guión arquitectónico. La película se establece como un juego de cajas. Anderson muestra una gran maestía a la hora de situarse en la difusa frontera que separa lo onírico de lo real. De algún modo, la cinta es un ejercicio de metacine en el que los distintos narradores consiguen enriquecer la historia.
Como en anteriores ocasiones, el guión diseñado por Anderson bebe de la literatura de manera directa. Si sus primeras películas buscaban refugio entre las hojas de Sallinger y su anterior cinta estaba basada en una obra del genial Roal Dahl, en esta ocasión el elegido ha sido Stefan Zweig.
2. Un espejo –cóncavo- de la historia. La cinta no deja de ser una película de aventuras made in anderson. Sin embargo, en esta ocasión, el director tejano introduce una época concreta para algo más que el sentido estético.
Anderson establece un telón de fondo en el que podemos ver como Europa se está asomando al abismo de los totalitarismos. Utilizando un sentido del humor surrealista, el director se atreve a realizar una versión paródica del siglo XX en la que los horrores perpetrados por el nazismo y el comunismo son tratados como elementos cómicos. De aquí sale el mensaje principal de la película, un mensaje de confianza en la civilización ante el empuje de la barbarie.
3. Una estética elegante. Como en toda la filmografía del autor, la estética roza la perfección. El inmenso trabajo de fotografía, arte y vestuario convierte la película en poesía visual. Da gusto perderse entre los rincones de un hotel que según el momento de la película se puede observar con todo su esplendor o con la magia que ofrecen los edificios envejecidos. La preocupación visual de Anderson hace que cada plano sea una explosión de color, elementos geométricos y elementos visuales que estimulan los sentidos….y la banda sonora firmada Alexander Desplat es una auténtica joya.
4. Unos actores en estado de gracia. No es fácil hacer brillar a todos los actores, cuando uno tiene un cartel interminable de estrellas y solo 99 minutos de película. Sin embargo, Anderson consigue hacer malabarismos cinematográficos para conseguir exprimir lo mejor de cada uno.