Cuando Matteo Renzi se comprometió el año pasado a aprobar una ley de Union Civil Homosexual, muchos y muchas veían en su promesa el enésimo ”brindis al sol” pro LGTB emitido por un dirigente que quedaría finalmente cercenado por la implacable injerencia de el Estado Vaticano en la política italiana.
El proyecto legislativo, ampliamente respaldado en las calles por la ciudadanía y exigido por el Tribunal de Derechos Humanos de la UE, se ha encontrado desde su registro con numerosas trabas y obstáculos que van desde el bloqueo de su texto en la Comisión de Justicia a la división interna del Partido Demócrata, al que pertenece el Primer Ministro.
Tras estos indeseables requiebros de la Cámara Alta, el debate sobre su legalización sigue cayendo en dique seco cuando se alude al reconocimiento de las familias homoparentales en el país transalpino, por esta razón la adopción de los hijos biológicos de la pareja van a quedar presumiblemente fuera de la ley.
Tal y como ha anunciado el senador Giuseppe Lumia, el Partido Demócrata presenta hoy una enmienda al proyecto de ley que no contempla la adopción, puesto que ve más importante sacar adelante una normativa a pesar de que legaliza las uniones, pero no las familias.
En su lugar, el senador Lumia afirmó a los medios que sigue defendiendo el derecho de adopción, por lo que propondrá un debate más profundo sobre la reforma de las ley de adopciones que incluya a todas las parejas, heterosexuales y homosexuales.
La eliminación de la adopción de los hijos del/a cónyuge ha sido una exigencia del Nuevo Centro Derecha -socio gubernamental de Renzi-. Mientras tanto, el Movimiento Cinco Estrellas ha jsutificado su negativa afirmando sentirse instrumentalizado por el PD para conseguir aprobar la ley mientras oculta su división interna al texto.
En palabras de Renzi:
Estamos dando un paso adelante muy significativo […] Puede que no sea el mejor texto respecto al esperado, pero pudiendo elegir entre nada o un poco, es mejor aprobar esta ley’.