Al igual que hacen en sus shows humoristas como David Chapelle o Sarah Silverman, Leah Green ha realizado un completo cambio de los patrones de comportamiento que la sociedad establece para denunciar hasta qué punto son ridículos. De este modo, la británica se ha puesto el traje de macho-guacho y en su periplo por Londres se ha dedicado a hacer todas las zafiedades de este tipo de especímenes.
A saber: piropos groseros, intimidación del sexo opuesto, propuestas indecentes…desde luego que nunca antes acorralar al sexismo había sido tan divertido.