Después del histórico fallo de la Corte Suprema estadounidense del mes pasado, que invalidó todas las prohibiciones estatales que impedían la aprobación del matrimonio igualitario a nivel nacional, los grupos activistas LGTB comienzan a orientar sus esfuerzos hacia nuevas metas, como la igualdad de oportunidades del colectivo en otros ámbitos sociales e institucionales.
Además de la protección integral de las personas trans, los próximos frentes abiertos para el colectivo LGTBI norteamericano tienen que ver con las protecciones fiscales, de acceso a la vivienda y laborales. Y en este último campo hoy celebramos el que parece ser el fin de la discriminación en el entorno laboral por razón de orientación sexual.
Esta aseveración surge tras el fallo de la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo, creada para hacer cumplir y aplicar la Ley de Derechos Civiles de 1964, quien ha dictaminado que la discriminación laboral basada en la orientación sexual es ilegal.
Según la EEOC, los empleadores que discriminan a los trabajadores LGBT vulneran el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe la discriminación en el empleo por razón de ‘raza, color, religión, sexo y origen.’
Nueva interpretación de la ley
El cambio en la aplicación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 no había sido posible en ocasiones anteriores porque los trubunales consultados dictaminaron que el Título VII no se menciona explícitamente la orientación sexual. No obstante, la nueva interpretación de la EEOC contempla la discriminación LGBT desde la óptica de la discriminación sexual.
En palabras de la EEOC:
La discriminación por orientación sexual es discriminación sexual porque implica necesariamente el tratamiento de un empleado de manera menos favorable por razón de su condición sexual.’
Técnicamente, el fallo cubre de manera directa a las denuncias de los funcionaros federales. No obstante, las oficinas de la EEOC por todo el país investigan los casos de discriminación también en la empresa privada. Por ello se ve con buenos ojos el citado fallo, ya que los tribunales federales deberán tenerlo en cuenta mientras el Tribunal Supremo emite la decisión definitiva sobre su interpretación.