La cuestión no era de carácter vital, pero si tenía su importancia puesto que se trataba del primer juicio en el país galo al grupo Femen, un caso que de alguna manera podía marcar el camino para las futuras protestas de las activistas. Y el resultado ha sido más que positivo para las militantes.
Los magistrados galos han considerado que no había suficientes elementos para imputar a las nueve activistas que participaron en las protestas de Notre Dame de un delito de ‘degradación’ durante su protesta contra la homofobia de la iglesia católica en febrero de 2013.
Por ello, no tendrán que pagar la multa de 1.500 euros requerida por la fiscalía. Es más, en una sentencia claramente favorable a Femen, la justicia sí ha condenado con sanciones de entre 300 y 1.000 euros a los tres guardias de seguridad de la catedral por expulsar con violencia a tres de esas militantes durante su protesta.
La sentencia se asemeja al resultado final de la última actuación del grupo en España. Lara Alcázar y otras tres activistas de Femen organizaron una protesta a las puertas del Ministerio del Interior, en Madrid, para exigir ‘medidas drásticas’ de sanción a los violadores y agresores sexuales, como la castración química.
A pesar de los intentos por parte de los sectores más retrógrados de la iglesia en mostrar a este grupo como unas feministas extremas e intransigentes, lo cierto es que la justicia no deja de posicionarse a favor de este grupo…Y es que el extremismo no está en mostrar los pechos sino en defender posturas tan rancias como las que defiende la iglesia católica.