La creciente ola de homofobia que atraviesa el continente africano tiene un nuevo ‘abanderado’. Se trata del presidente de la república de Zimbabue, Robert Mugabe, que ha anunciado ‘con la biblia en la mano’ que los representantes diplomáticos extranjeros que apoyen los derechos LGTB en su país serán expulsados.
Mugabe ha realizado estas declaraciones durante un largo discurso con motivo del 34º aniversario de la independencia del país, en el que también ha aprovechado para señalar a los estados europeos como responsables de la ‘imposición de la homosexualidad’ a los africanos. En sus altamente reprobables palabras:
No hemos luchado por este Zimbabue para que se convierta en un territorio homosexual. Nunca tendremos eso aquí y si hay diplomáticos que hablan de homosexualidad, sólo decídmelo. Les sacaremos a patadas del país. Ni siquiera les escucharemos’.
El dirigente, que lleva en el poder desde que el país obtuvo su independencia hace 34 años, se opone así a las peticiones occidentales de despenalización del sexo anal en el país africano, algo que para Mugabe es ‘ihumano’, por lo que no hay jurisprudencia que ampare su derogación.
No obstante, el presidente sí que tiene un argumento para defender su persecución de la homosexualidad. Para él ‘lo que está mal está mal y no puede estar bien’, datando el inicio de la sociedad en el mito de la costilla de Adán de la que apareció Eva, según la fe cristiana.