La semana pasada os comentábamos entre náuseas y estertores el proyecto de Ley que pretendía dar potestad a los comerciantes de Arizona -EEUU- para que negaran dar servicios a las personas que percibieran como homosexuales en nombre de la libertad religiosa. Pues bien, esta medida ha properado tanto como una tomatera en Monegros.
Grandes marcas comerciales, conglomerados empresariales, y los propios políticos de su partido han obligado finalmente a que la gobernadora del estado de Arizona, Jan Brewer, vete el controvertido, discriminatorio -y bastante absurdo- proyecto de Ley que, recordemos, defendía alegando:
En mi vida y en mis negocios, si no quiero tratar con una empresa o una persona en particular no lo hago.’
Según el dproyecto de Ley, el empresario podría vetar a un cliente homosexual ‘siempre y cuando vaya en contra de sus creencias religiosas’, una propuesta que ha sido duramente criticada por los senadores demócratas y los miembros del colectivo LGTB de Estados Unidos.
Estos grupos alegaron que una medida así da ‘licencia’ para discriminar a los homosexuales en nombre de la religión. Sin embargo, la medida ha sido denegada después de que una serie de importantes organizaciones empresariales y algunos políticos republicanos hayan recomendado a Brewer recular.
El pasado viernes, organizaciones LGTB organizaron una marcha de protesta a la que han acudido unas 200 personas. Algunos de los asistentes portaban carteles en los que se podía leer: ‘Dios nos creó a todos iguales’ y ‘Vergüenza en Arizona’.