Francia levanta el veto a los donantes homo y bisexuales

El pasado mes de abril, un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea justificaba la exclusión de un ciudadano homosexual francés de la donación de sangre alegando que los Estados miembros pueden realizar esta prohibición si acreditan una desfavorable situación sanitaria predominante. 

La noticia, recibida con desigual ánimo por los grupos de activismo dada la arbitrariedad y el anacronismo del criterio establecido por Francia desde 1983, cuando la epidemia de SIDA impactaba de manera virulenta en los hombre homo y bisexuales, anunciaba, motivó el malestar de la opinión pública LGTB internacional, que defienden que son los criterios científicos los que deben primar para determinar el riesgo que supone para la salud pública la donación de sangre por parte de un colectivo concreto. 

Por esa razón, se tachó al criterio actual de Francia en este ámbito como ‘demasiado amplio y genérico’, ya que la directiva europea ‘exige la identificación de una conducta y de una actitud precisas que expongan al posible donante a un riesgo elevado de infección’.

Hoy conocemos que a partir de la primavera de 2016 los hombres homo y bisexuales podrán volver a donar sangre -ya que las mujeres del colectivo no sufrían esta restricción-. Son palabras de la propia ministra de Salud, Marisol Touraine, que ha denominado esta decisión como el final del ”tabú y la discriminación”.

Un levantamiento ”a medias” hasta 2017

Durante el anuncio de la nueva política sanitaria, la ministra Touraine explicó que el levantamiento de la prohibición se efectuará en dos etapas.

En la primera etapa, que inicia en la primavera de 2016, las autoridades sanitarias llevarán a cabo un estudio de los nuevos donantes y se pedirá el celibato de al menos 12 meses en hombres homo y bísex. Posteriormente se permitirá la donación si estas personas ”si se encuentran en una relación estable durante cuatro meses o si no han tenido relaciones sexuales en el mismo período”.

Si en este periodo se demuestra que no existen riesgos, se prevé que a partir de 2017 las condiciones bajo las que el colectivo puede dar sangre se asemejen a las aplicadas al resto de donantes.

En las propias palabras de Touraine:

Donar sangre es un acto de generosidad, de la ciudadanía, que no puede ser condicionada a la orientación sexual.’