El Orgullo LGTB de Moscú termina con la detención de una treintena de activistas

La marcha del Orgullo LGTB de la ciudad de Moscú, prohibida la semana pasada por noveno año consecutivo, se celebró con el apoyo del activismo y la sociedad civil integrante del colectivo.

No obstante, varios grupos instigadores respaldaron la actuación represora de las autoridades policiales durante la misma, que acabaron deteniendo al menos a treinta activistas pro LGTB en una fecha en la que se conmemoraban los veinte años de la despenalización de la homosexualidad en el país.

Los policías cargaron en cuanto los activistas desplegaron sus pancartas y ondearon las banderas arcoíris ante la sede de la Duma, la Cámara Baja del Parlamento ruso. En el ataque también participaron radicales cristianos ortodoxos, según recoge el diario británico The Guardian.

‘La concentración no está autorizada. Están dificultando el tránsito’, advirtieron los policías por megáfonos. Cerca esperaban varios camiones con jaulas de hierro preparados para encerrar a los detenidos.

Antes de ser arrestaos, Gleb, uno de los participantes en la marcha declaró:

No entiendo por qué la Policía se está llevando a gente […] Sólo estamos pidiendo igualdad de derechos, los mismos que todo el mundo.’

Reunión ‘legal’ de instigadores

Durante la marcha también pudieron observarse varios grupos de radicales ortodoxos, que dedicaron frases de odio contra los manifestantes aludiendo a la ‘santiutud’ de la Federación Rusa: ‘El matrimonio es la unión sagrada entre un hombre y una mujer y esta panda quiere profanar la santitud de nuestro país.’

Por su parte, Nikolai Alexeyev, organizador de la marcha y detenido durante el acto, denunció que tuvo que pasar la noche anterior a la concentración lejos de su casa para evitar su detención, responsabilizando al presidente Vladimir Putin de la discriminación contra las minorías sexuales.

Putin es personalmente responsable. Si diera orden de permitir los actos del orgullo gay la percepción de la gente sobre la comunidad gay cambiaría. En Rusia todo se hace por decreto del zar.’