Si en en nuestro país tenemos la sangrante #marcaespaña (que en lugar de mejorar la imagen del país consigue agrupar casi todas las cosas que nos hacen sonrojar) no hay duda de que en Italia tienen sus propias italianadas.
Y es que las declaraciones de Felice Belloli, presidente de la Lega Nazionale Diletanti parecen sacadas de una de esas pseudocomedias eróticas de los setenta y ochenta protagonizadas por Jaimito: machistas, groseras, retrógradas y sin ninguna gracia.
El enfrentamiento se produjo en una reunión con el departamento del fútbol femenino en el que se abordaban cuestiones para la mejora de las condiciones económicas de esas categorías que no aparecen en las portadas de los diarios.
En un punto de la reunión, Felice Belloli supuestamente indicó: ”¡Vale ya! No podemos estar siempre hablando de darle dinero a estas cuatro lesbianas”.
La reacción de las jugadoras no se ha hecho esperar. A través de un comunicado, la Asociación de Jugadores de Italia (AIC) ha indicado que es una buena oportunidad, después de 30 años de ineficiencia y de falta de acción, para darle autonomía al fútbol femenino y que salga de la Liga Nacional Amateur.
No es la única medida de presión del fútbol femenino. Las jugadoras del Brescia y del Tavagnacco que debían disputar este próximo sábado la final de la Copa de Italia se han negado a jugar la final hasta que llegue la solución que pasa por la dimisión de Felice Belloli. Una decisión difícil, radical… y correcta. En el mundo del fútbol la lesbofobia siempre se encuentra en la misma parte del campo: en fuera de juego.