Anna Grodzka, primera diputada transexual que aspira a ser presidenta de Polonia

Las conquistas sociales siempre hay que contextualizarlas. Parece natural que un país de tradición abierta como Holanda fuese el primero en aprobar el matrimonio igualitario (a pesar del preocupante auge de la extrema derecha en sus últimas elecciones)… pero que una región de larguísima tradición cristiana, potenciada por la imagen de Juan Pablo II que en el país es como una especie de Elvis pero con sotana, y que viene del gobierno de los hermanos Kaczynski, tenga una candidata a la presidenta al gobierno perteneciente al colectivo trans es una 

Hay que recordar que los hermanos Kaczynski eran los líderes del partido ‘Ley y justicia’. Si el nombre del partido da un poco de miedo, las políticas llevadas a cabo por estos gemelos fueron de auténtico terror. Prohibieron la marcha del Orgullo Gay en la capital del país, intentaron crear una ley similar a la ley de propaganda homosexual rusa que fue tumbada por el Tribunal Supremo…y en su locura conservadora-paranoica intentaron prohibir los Teletubbies aduciendo que uno de sus personajes fomentaba la homosexualidad.

Un país en cambio

El país está viviendo momentos de reestructuración social, y la figura de Anna Grodzka es una de las principales responsables de este salto hacia delante. Grodzka, de 58 años, ganó su escaño en el Parlamento polaco en los comicios de 2011 dentro de la formación liberal-anticlerical Movimiento Palikot, aunque ahora se integra en las filas del Partido Verde de Polonia.

En una entrevista publicada en Wirtualna Polska, Grodzka reconoció que ‘después de años de apertura y cambio, es más fácil para los polacos aceptar la homosexualidad que la transexualidad’, a pesar de lo cual se presentará a las próximas elecciones presidenciales,

La propia Grodzka, quien se sometió a una operación de cambio de sexo en 2010, lamenta que sus compañeros del Parlamento hayan aceptado ‘al cien por cien’ al primer diputado del país que se ha declarado homosexual, Robert Biedron, aunque todavía ‘no respetan a Anna Grodzka’, añadió. Independientemente del resultado que termine sacando en las urnas, Grodzka está realizando un necesario -e impagable- ejercicio de visibilidad para el colectivo trans.