Egipto podrá impedir la entrada y deportar a los extranjeros homosexuales
Egipto es uno de esas regiones que forma parte de la infausta lista de países extremadamente violentos con el colectivo LGTB. Al igual que Uganda, Rusia o La India, Egipto ha decidido dar la espalda a una realidad cada vez más empática y diversa y realizar una absurda -pero dañina- guerra contra el colectivo LGTB.
A diario, la comunidad tiene que sortear numerosas trabas que se levantan desde la justicia y desde el gobierno. Los miembros del colectivo tienen que esquivar la persecución constante a la que se ven sometidos por participar en cualquier actividad o las invasivas prácticas para identificar a personas del colectivo, que hacen de este país un lugar donde los derechos del colectivo están secuestrados entre cuatro paredes.
La nueva barrera que se levanta contra el colectivo en el país no afecta solo a los egipcios sino que alcanza a cualquier persona que quiera visitar el país. El Tribunal Supremo de El Cairo ha dictado una pérfida sentencia por la cual el Ministerio Interior del país puede deportar e impedir la entrada de extranjeros homosexuales.
El tribunal ha rechazado así una apelación contra la decisión del ministerio de deportar a un ciudadano libio debido a que sería homosexual, sosteniendo que las autoridades tienen derecho a deportar e impedir la entrada al país a los homosexuales, según ha informado el diario egipcio ‘Al Ahram’.
Pese a que la homosexualidad no está prohibida explícitamente en la legislación egipcia, los acusados por comportamientos homosexuales son habitualmente acusados según las leyes que criminalizan el ‘libertinaje’ o la corrupción de la moral pública.