El Salvador introduce observadores LGTBI en sus comicios electorales

El pasado 2 de febrero El Salvador celebró elecciones presidenciales, un proceso que además de permitir a El Salvador dar un paso importante en la consolidación de su democracia, ha iniciado un digno y firme camino hacia el reconocimiento y garantía de los derechos políticos de su comunidad LGTBI.

Tal y como hemos podido conocer garcias a ILGA, durante años -y como consecuencia de una profunda discriminación por causas de su orientación sexual e identidad de género-, muchas personas en edad apta de votar se han visto limitadas a ejercer el sufragio, ya sea por el temor a manifestaciones de odio, burla y hasta violencia en los centros de votación o por una negación directa del voto debido a su expresión de género. No referimos específicamente al caso de las mujeres trans.

Una decisión histórica

Este año y por primera vez en su historia, 17 representantes del colectivo LGTBI salvadoreño fueron acreditados de manera oficial como observadores nacionales, por lo que estuvieron presentes en diferentes centros de votación del país monitoreando que miembros de la comunidad que representan pudieran gozar del derecho al voto sin ningún tipo de discriminación o algún obstáculo que se los impidiera.

Sumado a este logro y en particular para las mujeres trans que se prestaron a la labor de observación, ha sido celebrado el hecho de que en sus credenciales aparecieran los nombres con los cuales se identifican según su género, una acción que marca un importante precedente, sobre todo en un país donde los movimientos LGTBI continúan exigiendo una Ley de Identidad que les garantice el derecho a poseer un nombre que les represente.

Como resultado de este acercamiento, su tribunal supremo -órgano responsable de convocar y organizar las elecciones- emitió un comunicado en el cual se hacía un llamamiento a las juntas electorales y demás autoridades en el proceso, a respetar el derecho al voto de personas trans y la comunidad LGTBI en general.