‘Anna Karenina’ es la apuesta de Joe Wright por unir teatro y cine al mismo compás

Director: Joe Wright Reparto: Keira Knightley, Jude Law, Aaron Taylor-Johnson, Kelly Macdonald, Olivia Williams y Matthew MacFadyen Calificación: 5.8 Estreno: 15 de marzo de 2013

¿De qué va?

Casada con un funcionario (Jude Law) de la alta sociedad de San Petersburgo, Anna Karenina (Keira Knightley) acude a Moscú para socorrer a su hermano Oblonsky (Matthew MacFayden) después de recibir una carta de él afirmando que su matrimonio se derrumba debido a una infidelidad.

En el tren, Anna conoce a la condesa Vronsky (Olivia Williams) a la que espera su hijo, el guapo y elegante oficial Vronsky (Aaron Taylor-Johnson) con el que Karenina tendrá una conexión instantánea. Anna, consciente de la chispa que ha surgido entre ambos, regresa a San Petersburgo para huir del caballero.

Vronsky la seguirá a esta misma ciudad y aunque Karenina intenta regresar a su vida familiar, le es inevitable caer en un círculo pasional y amoroso junto a Vronsky. Anna intentará vivir el amor líbremente pero su marido, el hecho de tener un hijo y la sociedad de la Rusia Imperial se opondrán a sus decisiones.

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Sabías que…

1. El director Joe Wright repite en equipo técnico y artístico después de sus experiencias anteriores. Su vinculación con el mundo del teatro le hace disfrutar del espíritu de las compañías teatrales de siempre.

2. Dario Marianelli también repite como compositor y tuvo lista gran parte de la música de la película durante la preproducción para que el coreógrafo Sidi Larbi Cherkaoui pudiera crear y ensayar la coreografía antes del rodaje.

3. El rodaje de Anna Karenina fue extremadamente largo, 12 semanas (entre 7 y 8 suelen ser las habituales) y 240 escenas con 83 papeles hablados.

4. Es la tercera película de Keira Knightley junto a este director: ‘Orgullo y Prejuicio’, ‘Expiación: Más allá de la pasión’ y ahora ‘Anna Karenina’. Además, la cinta ha ganado el Oscar al mejor vestuario

Lo mejor..

1. La fotografía, el vestuario y la increíble labor de montaje de Melanie Ann Over. El trabajo de dirección de arte y de fotografía de la película es verdaderamente notable. Wright vuelve a dar lecciones de plano secuencia y coreografía en el movimiento interior de los planos.

2. Las actuaciones están a un nivel suficiente como para convencer pero no excesivo para empalagar. Hay algo de la vieja escuela al estilo ‘Sentido y Sensibilidad’ que tanto le gusta a Joe Wright.

3. La soltura con la que los actores se desenvuelven junto a los decorados y vestuario indican una gran labor de ensayos y preparación que ha prestado especial atención a la dirección de actores.

4. La banda sonora de Marianelli sigue siendo uno de los platos fuertes de las películas de Wright y vuelve a firmar una composición que transporta a la Rusia Imperial desde el primer momento.

Lo peor..

1. El director ha optado por contar la historia a través de la escenografía del teatro sin embargo, el espectador intenta que esta forma pare del todo o convenza de su realidad en algún momento. El resultado no es favorable en ninguno de los dos sentidos.

2. El diálogo frenético acompañado por una saturada composición del plano y decorados hacen que el artificio sea el protagonista durante el primer tercio de la película. El estatismo de recrear la historia en un mismo espacio puede resultar agobiante.

3. Se echan en falta exteriores y cuando aparecen, no encajan del todo con la propuesta de lenguaje teatral que había propuesto el director durante todo el inicio de la película. Su intención de forzar el espacio teatral se pierde y empieza a surgir una idea de ‘caos’ en todo lo que rodea a los actores.

4. Este barroquismo centrado en el espacio y no en los protagonistas hace que el espectador pueda sentirse distante e insensible con respecto a la historia dramática de Karenina.

5. El vestuario brillante luce aún más en un mundo que aunque pretende representar esa artificiosidad de la Rusia Imperial decadente, llega a saturar al espectador. El ritmo de la película es en consecuencia, extremadamente lento y la sensación espectacular de ‘cuadro fotográfico’ de los planos, cansa en exceso.

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