Por noveno año consecutivo, las calles de la ciudad rusa de Moscú no acogeran de manera oficial la marcha por el Orgullo LGTB, ya que las autoridades de la ciudad se han negado a aprobar la organización de la manifestación alegando la alteración del orden público y la vulneración de la ley anti gay.
Según sabemos gracias a THE MOSCOW TIMES, el activista LGBT y organizador del desfile Nikolai Alexeyev, se ha comprometido por su parte a seguir con el evento el próximo 31 de mayo, incluso si eso significa hacerlo sin permiso y con la desprotección de las fuerzas del orden.
Por su parte, un portavoz de la oficina de los actos públicos del Departamento de Seguridad Regional confirmó esta prohibición, abtuviéndose a explicar las razones específicas en las que se han basado la decisión. No obstante, sí dejó entrever que el funcionariado considera una variedad de factores, como los problemas de alteración del orden público y la vulneración de la ley que prohibe la expresión pública de la condición LGTB.
No está todo dicho
Frustrado tras años de infructuosa lucha -que además han sido agudizados por la peregrina prohibición del Orgullo ‘a cien años vista, Alexeyev y los grupos activistas han desafiado previamente estas prohibiciones, con resultados que incluian palizas y detenciones.
Como resultado de estos esfuerzos en balde dentro de las fronteras rusas, el activista se dirigió a la Corte Europea de Derechos humanos, que dictaminó en 2010 que el rechazo reiterado de la organización del Orgullo en la ciudad contituía una violación del derecho a la libertad de reunión y la protección contra la discriminación.
Por esta razón Alexeyev ha manifestado su intención de emprender nuevamente acciones legales para impugnar la prohibición de la cita de este año.