‘Kubo y las dos cuerdas mágicas’: El arte de contar historias

Ficha técnica

Título original: Kubo and the Two Strings

Duración: 101 minutos

Nacionalidad: Norteamericana

Dirección: Travis Knight

Guión: Marc Haimes, Chris Butler

Fotografía: Frank Passingham

Música: Dario Marianelli

Reparto: Animación

Productora: Laika

Distribuidora en España: Universal Pictures

Calificación: 8 / 10

¿De qué va?

En una época de vertiginosidad cinematográfica siempre es un placer encontrarse con historias cocinadas a fuego lento.

Esta es la propuesta de Laika, la compañía responsable de ‘Los mundos de Caroline’, ‘El alucinante mundo de Norman’ y ‘Los boxtrolls’ regresa a nuestras salas para demostrar que en el mundo de la animación hay vida más allá del brillo de los efectos digitales y de las almibaradas propuestas familiares.

‘Kubo y las dos cuerdas mágicas’ se inspira en Kurosawa y las historias de samuráis para llevarnos a un Japón mágico en el que los origamis, los dioses, los monstruos y los humanos forman un paisaje de inusitada belleza.

El joven Kubo es un contador de historias. Armado con su shamisen y con figuras de origami consigue que la plaza de su pequeña aldea se convierta en un improvisado teatro capaz de contener las historias más épicas.

Todo cambia el día en el que Kubo se convierte en el protagonista de su propia epopeya. El joven y su madre tienen que hacer frente a una amenaza del pasado con sabor a venganza familiar.   

Si de verdad Kubo quiere sobrevivir, antes debe localizar una armadura mágica que una vez fue vestida por su padre, un legendario guerrero samurái.

Orfebrería animada

El nuevo proyecto de Laika es una metáfora perfecta de la trayectoria de la propia compañía. ‘Kubo y las dos cuerdas mágicas’ nos ofrece laberintos de frágil belleza y melancolía para realizar un maravilloso tributo al arte de contar historias.

Al igual que los origamis japoneses, la cinta dirigida por Travis Knight (que ha dejado a un lado su presidente ejecutivo de la productora para mostrar su versión lírica) gana profundidad con cada doblez.

A lo largo del viaje de nuestro (anti) héroe asistimos a numerosas paradas que se alejan de los confortables trayectos del cine de animación. La soledad, la pérdida de los seres queridos, las rencillas familiares, la construcción de la identidad o el poder de la memoria dejan de ser un recurso para convertirse en un motor que se muestra ante los ojos del espectador con una quebradiza belleza.

Laika vuelve a demostar que entienden el cine como si fuese un lienzo en blanco que admite infinitas formas y colores. La cinta se aleja del maniqueísmo habitual del cine de animación para mostrarnos una historia con numerosos matices.

Una obra maestra de artesanía cinematográfica, delicada y con un gusto exquisito por la minuciosidad. ‘Kubo y las dos cuerdas mágicas’ es como un haiku: visualmente subyugante y cargada de texturas sentimentales.

Vídeo: ‘Kubo y las dos cuerdas mágicas’ – Tráiler

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