Las reivindicaciones LGTB se cuelan en el arranque de los Juegos de la Commonwealth
A pesar de que en la prevía todos los focos apuntaban a la figura de Ian Thorpe, multiple medallista olímpico y que recientemente ha hecho pública su homosexualidad, finalmente, la figura de dos británicos cercanos al mundo de la actuación se ha convertido en el momento de la ceremonia inaugural de la Commonwealth que está dando la vuelta al mundo.
El principal actor de la acción es uno de los rostros más populares de las Islas Británicas. Se trata de John Barrowman, uno de los protagonistas de la serie de culto ‘Doctor Who’, que en mitad de uno de las coreografías preparadas de la ceremonia, decidió saltarse el protocolo (o cumplirlo a rajatabla, según se mire) y plantar un beso-protesta a uno de los bailarines voluntarios que estaban en mitad del escenario.
Un beso que ha sido seguido por más de mil millones de personas, casi nada. La acción, se encuentra dentro de una campaña más amplia que lleva tiempo gestándose en las islas del fish & chips. No hay que olvidar que si en Rusia está la infame persecución institucionalizada del colectivo LGTB, los datos que ofrecen los estados miembros de esta Mancomunidad son escalofriantes: en 42 de los 53 países que forman la Commonwealth, la homosexualidad sigue siendo ilegal.
En este sentido, el viceprimer ministro británico Nick Clegg se ha sido firme en su paso por Glasgow al afirmar que:
Es inaceptable que en el 80% de los miembros de la Commonwealth se practique alguna forma de discriminación contra los homosexuales’.
John Bercow, portavoz de la Cámara de los Comunes también quiso hacer mención a la ‘vergonzosa criminalización de la homosexualidad en los países de la Commonwealth’…estos políticos británicos se ponen como ejemplos (Inglaterra y Escocia han aprobado de manera reciente el matrimonio igualitario) para que los países más retrógrados de la Mancomunidad cambien sus políticas: ojalá que la fuerza de estos besos haga el resto.