Salvador Pozo

Sus imágenes muestran la pasión de su trabajo. Perfeccionista, detallista, amante del cuerpo y la belleza, así es Salvador Pozo, un fotógrafo dotado de un estilo propio con el que ha conseguido que su nombre se encuentre entre los más demandados en el mundo de la moda.

Después de toda una vida dedicado a esta profesión y gracias al buen hacer fotográfico su prestigio se asienta y traspasa fronteras.

Natural de Madrid y holandés de adopción, Salvador Pozo es un fotógrafo que, poco a poco, se está haciendo un hueco en el mundo de la moda.

Su último trabajo lo ha realizado para la edición australiana de la revista ADN Magazice. Una imagen vale más que mil palabras, así que desde aquí ponemos cara al fotógrafo y os mostramos su obra.

Salvador Pozo fue el elegido para realizar la sesión fotográfica principal de ADN Magazine en su número de febrero de este año. En ella, el fotógrafo español contó con la colaboración del modelo holandés Gregory Verdoes.

Su ámbito profesional no se centra exclusivamente en la fotografía, sino que ha hecho sus pinitos en el diseño de joyas, ropa y ha coqueteado con productos cosméticos.

Salvador Pozo es un amante de la elegancia, glamour y belleza. Es un artista que vive de la moda y para la moda, amante de la vida bohemia que le ha llevado a viajar por todo el mundo bebiendo de las influencias internacionales.

Pozo dio sus primeros pasos en Puerto Rico donde trabajó como modelo. Allí comenzó a coquetear con la fotografía realizando algunos cursos que pronto abandonaría. Sustituyó las aulas por el mundo autodidacta.

Son muchos los detractores de la tecnología digital llevada al extremo, otros ocultan su uso aunque son más que evidente los ‘pequeños’ retoques y algunos publican abiertamente su amor por él.

Salvador Pozo pertenece a este último grupo ya que lo considera un ‘moderno laboratorio’ con el que se controla mejor la imagen. ¡Viva la tecnología!

Una vez inmerso en la autogestión de su conocimiento, los primeros trabajos se centraron en fotografiar zapatos. Aunque pronto se dejó llevar por el ambiente caribeño que conoció en sus viejes y cambió la suela y el asfalto por las palmeras y el sol, consiguiendo imágenes muy bucólicas.

A partir de su experiencia portoriqueña, la vida de Salvador Pozo ha sido un continuo viaje. Ha trabajado en países tan diversos como Malta, Australia o Sudáfrica aunque finalmente se ha afincado en Holanda, país del que se ha enamorado tras realizar un viaje turístico.

Este fotógrafo se decanta por trabajar con mujeres muy femeninas u hombres muy masculinos en un proceso envuelto por el buen gusto. Busca en sus fotografías imágenes duraderas en el tiempo y pretende alejarse del escándalo fácil.

La clave del éxito es realizar buenos trabajos. Uno de los objetivos principales de Salvador Pozo es crear imágenes duraderas en el tiempo donde se reconozca al autor.

Sus trabajos se centran en la belleza, en general, y en el hombre, en particular. Siente preferencia por lo llamativo, lo especial y estos elementos los encuentra en el cuerpo masculino.

La tensión sexual en el trabajo produce efectos secundarios nada beneficiosos. Por ello, el fotógrafo asegura sentirse más cómodo trabajando con mujeres ya que en las sesiones con modelos masculinos la tensión puede provocar que salten chispas.

Todos nos escondemos algún as bajo la manga y Salvador Pozo no va ser menos. La preparación de sus modelos antes de una sesión fotográfica es casi tan importante como la sesión en sí misma.

La localización de los espacios, los detalles en el vestir o el uso de un buen maquillaje son elementos básicos que prepara con mimo antes de cualquier trabajo. Nada queda a la improvisación.

Como cualquier artista que se precie, Salvador Pozo está fuertemente influenciado por otros profesionales del mundo de la imagen, en concreto por el fotógrafo español Javier Vallhonrat, galardonado con el Premio Nacional de Fotografía en 1995.

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