Se abre el debate sobre el uso de antirretrovirales como proxiláxis pre-exposición en San Francisco

La profilaxis pre-exposición -PPRE- consiste en el uso de un fármaco antes de exponerse a un agente infeccioso. En el caso del VIH, consiste en la administración de un medicamento antirretroviral de forma constante para evitar una posible infección por el virus.

La utilización de la PPRE contra el VIH está en principio desaconsejada por los posibles efectos secundarios que las personas pueden llegar a experimentar, además de porque los fármacos tienen un coste alto que es difícilmente asumible por los estados que ofrecen protección sanitaria -y no digamos para las personas que han de costeárselo individualmente-.

No obstante, dada la arriesgada situación actual de los grupos clave -entre los cuales se encuentran las personas trans y los hombres que tienen sexo con hombrescomienzan a surgir voces que proponen crear un ”cortafuegos generacional” frente al virus con esta terapia preventiva, algo que ya se ha intentado en comunidades africanas muy reducidas.

‘Saliendo del armario del PPRE’

En este contexto el legislador norteamericano Scott Wiener ha abierto el debate en su comunidad tras escribir un artículo para The Huffington Post titulado ‘Coming Out of the PrEP Closeten el que reveló su uso diario de Truvada frente a una posible infección por el virus, y expuso que existe un significativo colectivo de hombres que lo hacen para evitar el estigma asociado a las personas seropositivas. En sus palabras:

Todavía vemos a nuestro alrededor un estigma enorme, mucha vergüenza y juicios de valor en torno al VIH; y alrededor de la sexualidad en gnereal, por eso he decidido hacer pública mi decisión, para contribuir a la generación de un diálogo más amplio sobre la salud de nuestra comunidad.’

Paralelamente a la revelación, Wiener se encuentra organizando varias audiencias con profesionales cualificacos para investigar de qué manera puede la ciudad de san Francisco facilitar el acceso a los métodos de PPRE, o incluso ponerlo a disposición a todos los residentes de la ciudad de manera gratuita, independientemente de sus ingresos. 

Hasta el momento, el tratamiento PPRE cuesta en California en torno a los once mil euros al año, y sólo lo sufragan los seguros médicos privados y el Medi-Cal, el servicio de atención sanitaria para personas sin recursos.

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