A estas alturas del partido a pocos se les debe escapar ya que la expresión externa del género es un factor de la construcción de nuestra imagen social, algo que además de haberse llevado a cabo durante toda la Historia, pone en el mismo plano la mastectomía con el tatuaje, las mechas californianas con la terapia hormonal… y el resto de modificaciones libres que hacemos a nuestra anatomía para que el resto nos perciba como realmente somos.
En el caso de los de hombres homosexuales, uno de los hitos más emblemáticos de esta construcción de su imagen social es la proliferación en la década de los ’80 de la comunidad osa, es decir, hombres que quisieron dejar claro a su entorno que ser gay no implica una expresión social específica, sino que es igual de homosexual el rudo fontanero y hippie con greñas y cintura de avispa si en común tienen esta atracción por su mismo sexo.
En la actualidad, conocemos numerosas ”tribus” y ”subtribus” de hombres gais, que satisfacen su ”orgullo de pertenencia” a través de un reconocible grupo o estereotipo en el que se ven aspiracionalmente reflejados. En muchos casos, podemos asistir a su creciente homogeneidad en las discotecas, donde cada vez vemos hombres con anatomías más extremadamente ubersexuales sudar, retorcerse -y echarse la caña- en la pista.
Con el objetivo de arrojar luz sobre este gran determinante estético, social y cultural para el colectivo de hombres homosexuales, los realizadores Embre Busse y Selin Davasse han preguntado a varios asistentes de la escena club gay berlinesa sobre el origen de la construcción de su hípermasculindad.
El resultado es el documental ‘Hyper Masculinity on the Dancefloor’, estrenado recientemente en el Schwules Museum de la capital alemana y difundido por el portal de culto al porno Pornceptual. Y su descripción nos introduce la siguiente reflexión:
¿La existencia de los hombres gay híper masculinos socava los valores hetero-patriarcales dominantes en torno al género y la sexualidad, mostrando una masculinidad performativa en lugar de esencial y alcanzable sólo por hombres heterosexuales?
O por otro lado, ¿refuerza dichos valores mediante la colocación de un valor más alto en la masculinidad sobre la feminidad y una expresión heterosexual de género a través de los hombres gais?
En relación con la híper feminidad de las drag queens, ¿en qué grado el ‘camp’ y la ironía confluyen en el ejercicio de la híper masculinidad?’
Vídeo: Tráiler de ‘Hyper Masculinity on the Dancefloor’
