El retraso de la pubertad en los menores trans les hace más felices y saludables
Un nuevo estudio holandés, cuyas conclusiones han sido publicadas en el medio especializado PEDIATRICS, afirma que los tratamientos que retrasan la pubertad en los menores que no se identifican con su género mejoran su bienestar psicológico a medio y largo plazo.
Tal y como informa CBS NEWS, en el citado estudio participaron 55 adolescentes con un diagnóstico de disforia de género. Los jóvenes se sometieron a un tratamiento que bloquea temporalmente el inicio de la pubertad hasta que decidieron proseguir con el tratamiento propio de transición de género.
Según los resultados de la investigación, tanto la ansiedad, como la angustia emocional y su preocupación por la autoimagen no eran más frecuentes en los sujetos transexuales en el momento de llegar a edad adulta de lo que fueron en sus pares cisgénero.
El doctor Annelou de Vries, director del estudio, ha manifestado al respecto:
Como la supresión de la pubertad es una intervención médica totalmente reversible, se consigue que tanto los adolescentes como sus familias tengan más tiempo para explorar los sentimientos que impiden que el menor se identifique con su género, por lo que se consigue que la decisión final sea definitiva, al retrasar el inicio del tratamiento de cambio de sexo a una edad más madura.’
Al retrasar el inicio de la pubertad, los niños que demandan una reasignación de género ‘tienen la ventaja de continuar su vida con un cuerpo coincidente con su identidad de género sin los cambios corporales irreversibles de un crecimiento, como los pechos, la voz, la barba… etc’, añade De Vries.
La Sociedad de Endocrinología y la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero recomiendan que los adolescentes que deciden someterse a cambio de sexo no comiencen ingún tratamiento hormonale antes de los 16 años, y que la intervención quirúrjica no sea programada antes de cumplir los 18.